Los datos sobre el PIB del segundo trimestre en Nafarroa no revelan ninguna situación nueva, sino que confirman la tendencia de una pésima situación económica que continúa de mal en peor. De nuevo, el PIB navarro ha decrecido más que el del conjunto del Estado. Un nuevo indicador de una situación fruto de la nefasta gestión de UPN, con la crisis financiera y económica, ha dejado más crudamente claro que nunca el signo de las políticas de las instituciones gobernadas por ese partido. Políticas favorecedoras de la patronal y las rentas altas en detrimento de las condiciones laborales y de vida de los trabajadores y las personas más necesitadas, de la mayoría de los navarros. El Gobierno navarro no puede justificar la penosa situación ni con la socorrida «dolorosa inevitabilidad» de reformas y recortes, decididos en Madrid, para conseguir frenar el déficit, pues los indicadores económicos son tercos y una y otra vez demuestran que la situación del herrialde es peor de lo que parecía. E intentar explicar la debacle económica con la caída de la demanda interna, debida a la «menor confianza» de los navarros, según la consejera de Economía, es como culpar a la tos de un resfriado.

Poca o ninguna confianza puede inspirar ya el Gobierno navarro a los inversores, y menos a los ciudadanos, cuando se halla en minoría y con una situación económica más que difícil.