Ante las críticas de los organismos que colaboran con el pueblo saharaui y de los propios cooperantes que trabajan en los campamentos de refugiados de Tinduf, donde desde hace más de tres décadas viven exiliados cerca de 200.000 saharauis -la mayoría mujeres, niños y ancianos-, el ministro español de Asuntos Exteriores, José Manuel García-Margallo, afirmó que tenían «indicios ciertos e inminentes» de que se iba a producir un secuestro de «cooperantes españoles», por lo que alertaron del riesgo y ofrecieron a quienes estaban en el lugar «la repatriación, como era nuestra obligación». García-Margallo, sin embargo, no concreta en qué se fundamentan tales «indicios». Y a quienes tienen previsto regresar a Tinduf en próximas fechas les advierte de que «pueden volver si quieren, pero tienen que saber que cualquier cosa que les pase, les afectará a ellos y a todos los españoles».

Últimamente, comentaristas del ámbito de la derecha española han criticado el pago de rescates en caso de secuestro. Es el caso del comentarista Salvador Sostres, que tras la liberación en agosto de 2010 de dos cooperantes catalanes secuestrados en Mauritania reprochó a ambos jóvenes el coste de su «turismo solidario», instándoles a «pagar lo que nos ha costado liberarles, entre otras cosas porque sería muy cínico hacerse el solidario de la caravana mientras que esto, a los demás, nos cuesta una pasta».

Desde el Frente Polisario, su delegado en el Estado español, Bucharaya Beyun, reprochó a Madrid que si de verdad disponía de esa información no la hubiera compartido con las autoridades saharauis y argelinas para que puedan tomar las medidas pertinentes, no solo para proteger a los cooperantes sino también a la población saharaui.

Recordó que desde la captura en octubre de Ainhoa Fernández, Enric Gonyalons y Rosella Urru se han redoblado las medidas de seguridad en los campamentos y que «los cooperantes han podido trabajar durante los últimos meses». «No podemos garantizar al 100% que no pase nada por las propias características del terrorismo, pero consideramos que hemos trabajado lo suficiente», enfatizó.

Remarcó que este tipo de medidas son aprovechadas por «quienes quieren ahogar los campamentos», por Marruecos.

«Normalidad»

El sábado, un avión militar español trasladó a la base aérea de Torrejón a 15 activistas. La mayoría tenía previsto viajar en estas fechas a sus lugares de origen por vacaciones. Esta tempo- rada, en la que la temperatura máxima alcanza los 50 grados, suele ser propicia entre los cooperantes para tomarse algunos días de descanso y visitar a sus familiares. Entre ese grupo estaba Jesús Martín, de Mundubat, que el 10 de agosto regresará a Tinduf para el día 14 comenzar a repartir alimentos entre los refugiados en el marco de un programa de la UE.

«El jueves a las 19.00 recibimos una llamada en la que nos advertían de una posible evacuación. Una hora después, recibimos otra en la que se nos decían que la operación quedaba abortada. El viernes a las 14.00, nos llamaron de nuevo para informarnos de una evacuación coordinada con el Frente Polisario, que no estaba de acuerdo con la medida. Cuando llegamos a Torrejón había hasta cámaras esperándonos. Todo ha sido un circo», narró a GARA. Martín llevaba tres meses en Tinduf, en los que ha percibido «medidas de protección adecuadas y una situación de normalidad».

En su opinión, esta «inesperada » decisión de Madrid es «una cortina de humo para ocultar otro tipo de intereses, de los que Marruecos no es ajeno».

Calificó de «inaceptable» que 21 años después de la puesta en marcha de la Misión de las Naciones Unidas para el Referéndum del Sáhara Occidental, aún no se haya dado un paso concreto en esa dirección. «Vamos a seguir peleando por los derechos humanos en los territorios ocupados y por la celebración sin dilación del referéndum. Que tengan claro que los saharauis antes se comerán las piedras del desierto que claudicar en sus reivindicación», resaltó.

Iñaki Markiegi, presidente de Mundubat, también criticó «este acto unilateral del que ni siquiera se ha informado a los propios saharauis». Se quejó de la falta de «información concreta y coherente» y consideró que Madrid oculta «el motivo real» de esta decisión.

Remarcó también que «en los últimos tres años ha disminuido mucho la cooperación del Gobierno español, lo que los saharauis perciben como una cesión a las presiones de Marruecos». Precisamente, ayer, en su discurso con motivo del XIII aniversario de su coronación, el monarca alauí, Mohamed VI, ofreció «facilitar oportunidades» al Estado español en esta «difícil coyuntura que atravesamos».