El procurador general (fiscal) de Brasil, Roberto Gurgel, presentó ayer las acusaciones contra los 38 presuntos implicados en una trama de corrupción relacionada con la compra de votos de legisladores, desvelada en 2005 y conocida en el país como el escándalo del «mensalao».

Gurgel leyó los cargos en el Supremo Tribunal Federal (STF) de Brasil, que el jueves inició un proceso jurídico contra 38 políticos, empresarios y funcionarios por presunta corrupción a comienzos del mandato del expresidente Luiz Inácio Lula da Silva, del Partido de los Trabajadores (PT).

El actual proceso del STF es señalado por algunos sectores como un show mediático que intenta debilitar al gobernante PT de cara a los comicios que coinciden con el final del juicio.