El proyecto de investigación de Santimamiñe se encuentra actualmente trabajando en las capas o niveles de habitación magdaleniense final, cuya antigüedad oscila entre los 12.000 y 12.700 años, y se estima que se trata de la fase que con mayor probabilidad acogió la creación del Conjunto Rupestre de Santimamiñe.

El director del proyecto, el arqueólogo Juan Carlos López Quintana, destacó que «estamos trabajando sobre restos de una ocupación que se encuentra en un estado excepcional de conservación y una zona de hábitat prolongado, en el que hay una serie de actividades que se organizan en torno a un fuego central. Se pueden ver las evidencias de ese gran fuego central de más de un metro de diámetro, donde los habitantes de la cueva cocinaban los alimentos».

Santimamiñe 2007

Asimismo, durante la presente campaña los arqueólogos y voluntarios que trabajan en la Cueva de Santimamiñe, realizarán el inventario de unos 10.000 hallazgos, entre los que se encuentras restos de alimentos, fauna, piezas y utensilios para cazar y tallar, además de colorantes con los que trabajaban el cuero y la piel.

Los trabajos de excavación en la cueva se centran, en la actualidad, en los niveles geológicos del suelo de la cueva correspondientes a la era magdaleniense que los especialistas consideran que se pueden corresponder con la época en que vivieron los autores de las pinturas paleolíticas.

El proyecto Santimamiñe 2007, promovido por el departamento de Cultura de la Diputación de Bizkaia, ha documentado de modo integral el conjunto de la Cueva de Santimamiñe y así, se han podido determinar los procesos de intervención humana sobre el mismo, además de establecer una propuesta de actuación a corto y medio plazo.

Esto ha permitido concretar tanto el procedimiento de gestión y difusión más adecuado, como programar las intervenciones necesarias encaminadas a recuperar y subsanar las carencias que presentaba el monumento.

En este sentido, el largo proceso de exposición al público de la cueva (iniciado en 1916), ha supuesto la presencia de evidentes afecciones sobre la cavidad en general y sobre el arte paleolítico en particular.

Por este motivo, y tras una reflexión sobre la gestión a aplicar en la caverna de Santimamiñe, se ha adecuado la misma a las nuevas exigencias, con el fin de salvaguardar el patrimonio histórico que en ella se custodia.