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CRíTICA clásica

Desde Roma hasta Santa Teresa

Mikel CHAMIZO          

No defraudó el Insieme Strumentale di Roma en su presentación en el Ciclo de Música Antigua de la Quincena Musical. El conjunto, que en los últimos años ha alcanzado un gran prestigio entre los grupos italianos de instrumentos originales, ofreció con un pequeño orgánico de sólo seis músicos unas versiones muy autoritarias de los Conciertos para cuerda y bajo contínuo RV 157 y RV 134 de Vivaldi. Acercamientos que fueron pasionales sin caer en la extravagancia en que a veces incurren los grupos italianos. Los músicos del Insieme hicieron gala de un perfecto control de la afinación y de la calidad del timbre, que se agradecío mucho en los tristes y atrevidos acordes de la Sinfonía “Al Santo Sepolcro” y de un trabajo camerístico muy bien sopesado que arrojó resultados sobresalientes en la la fuga con que se inicia el Concierto RV 134. También en la “Fuga de Sísifo”, escrita al estilo de Vivaldi por el musicólogo madrileño Pablo Queipo de Llano, cuyo interés no fue más allá del de ser un inofensivo divertimento.
 
Pero aunque el Insieme Strumentale cumpliera con creces, la estrella de la velada fue, sin duda, Raffaella Milanesi. La soprano, especializada en música antigua, ofreció un mundo de expresividad en las dos cantantas de Vivaldi que abordó durante el programa y las dos conocidas arias de Haendel que regaló como bis. Quizá en las piezas de Vivaldi, escritas para una voz de castrado, se vió algo incómoda en el registro grave, que tuvo que oscurecer artificialmente para obtener la densidad del timbre de voz masculina. Pero por lo demás su hermosa voz y dominio técnico, y sobre todo su musicalidad, construyeron unas versiones deliciosamente teatrales y entregadas que el público donostiarra agradeció con entusiasmo.
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