Ophélie Aspord no es un nombre excesivamente conocido. Todavía. A sus 21 años, esta nadadora de Baiona, única representante de Ipar Euskal Herria en Londres, será la más joven de las participantes de la prueba de mañana jueves de 10 kilómetros en mar abierto. De hecho, le lleva cuatro años a la segunda nadadora más joven de las 19 que van a tomar parte. En pocas palabras, la deportista labortana realizará su más intensa toma de contacto con la élite, con la esperanza de que en un futuro ella forme parte de la misma.

«Es un sueño que se ha hecho realidad», confiesa Aspord. «Para un deportista, participar en unos Juegos Olímpicos significa su culminación. Por eso, mi satisfacción no puede ser más grande», añade ilusionada.

Nadadora desde los tres años, esta estudiante de tercero de Derecho en Toulouse ha hecho de la tenacidad su mayor virtud. «Empecé a nadar con tres años y, a la que tuve la edad mínima, comencé a competir, siempre en pruebas como las de 400 u 800 metros. No se me daba mal, y he logrado medallas en todas las categorías, pero cuando descubrí el mar abierto, vi que me iba mejor. Fisiológicamente estoy más hecha para la resistencia que para el sprint», declara, amén de elogiar un poquito su tierra. «El entorno natural de Euskal Herria, con el mar y sus ríos, se ajusta mejor a mi entrenamiento que dar vueltas y vueltas en la piscina».

Mejorando año tras año

Poco a poco, la labortana viene subiendo puestos en el escalafón. Así, en 2011 obtenía la sexta plaza en el Campeonato Mundial sobre cinco kilómetros en Shanghai, mientras que finalizaba en octava plaza en la Copa del Mundo sobre 10 kilómetros. Ya en 2012, fue tercera en el 18º Maratón Acuático Internacional Ciudad de Rosario.

Sin embargo, su billete para los Juegos de Londres 2012 llegó en un apretado sprint final. El pasado mes de junio en Setúbal (Portugal) se clasificaban para los Juegos las nueve primeras nadadoras -o la primera por cada país-, y la de Baiona acabaría séptima -siendo la primera representante del Estado francés-, con un tiempo de 1 hora, 44 minutos y 42 segundos, a 12 segundos de la vencedora, la estadounidense Haley Anderson, superando por una décima de segundo a la polaca Natalia Charlos y en siete décimas a la rusa Anna Guseva. «Sí, hay que saber mantener el ritmo durante los diez kilómetros, pero luego hay que saber sprintar en los últimos 800 metros», asegura la nadadora perteneciente al club Aviron de Baiona.

Con el objetivo olímpico cumplido, la pelea por los metales no parece que entre en su perspectiva más inmediata. Sin embargo, aunque es consciente de que es una novata en estas lides, Ophélie Aspord replica a todas esta suposiciones con el lógico atrevimiento que le da su juventud. «Poder terminar entre las 10 primeras sería un objetivo muy bello», anuncia.

«Es cierto, soy la más joven, así que nadie me puede considerar candidata a optar a una medalla. Pero cuando estás en el agua no quieres ser la décima, sino la primera», declaraba en una reciente entrevista. «Claro que me gustaría colgarme una medalla en Río 2016 pero, vaya, ¿por qué no en Londres?», se preguntaba, sonriente.