MÉXICO 3

JAPÓN 1

México alcanzó ayer la primera final olímpica de su historia remontando a Japón (3-1) en uno de los campos más legendarios del mundo, Wembley, donde tres goles de Marco Fabián, Oribe Peralta y Javier Cortés dieron una de las mayores alegrías que recuerda la afición mexicana.

No le fue fácil a la selección tricolor imponerse, ya que enfrente tuvo a un rival que ha impactado a lo largo de todo el torneo. Y es que los nipones habían llegado a la ronda de semifinales imbatidos y ya el encuentro se les puso de cara antes de llegar al primer cuarto de hora con un golazo de Otsu.

Pero México no quería bajarse de la cresta de la ola a la que se subió en 2005, ganando un Mundial Sub-17, y que alimentó el año pasado repitiendo esa gesta en el Azteca ante 100.000 espectadores y siendo bronce en el Sub-20 de Colombia.

Remontada con olés

Así, el equipo de Luis Fernando Tena reaccionó bien tras el mazazo recibido y, aunque poco a poco y sin agobiar en exceso a su rival, fue haciéndose con el encuentro. Un disparo flojo de Fabián y una ocasión de Giovani avanzaron el cambio de tendencia del encuentro y un posterior gol de Fabián lo certificó.

Al creativo interior izquierdo de las Chivas de Guadalajara le cayó un balón en el área pequeña en un córner cerrado botado por Giovani dos Santos y peinado en el primer palo por el narigón Enríquez.

En la reanudación, México retomó ánimos y culminó la remontada con un gol parecido al de Otsu en la misma portería. Un fuerte disparo de lejos que también se alojó en la escuadra. Esta vez en la derecha de la meta, ahora defendida por Gonda.

Cortés, recién incorporado, puso la guinda en el descuento (minuto 93) a la fiesta mexicana, aderezada con algunas fases de olés en la grada en medio de la ola que nació precisamente en el país americano.

Sin duda, el mejor homenaje al éxito ayer de la tricolor.