Renaud Lavillenie debe aprovechar su momento si quiere convertirse en campeón olímpico del salto con pértiga. Es el favorito para coronarse definitivamente. Ha llegado seguro, psicológicamente preparado porque 2012 le está dando mucho juego. Esta temporada ha logrado su primer título mundial, aunque fuera bajo techo, y hace solo seis semanas en Helsinki vio recompensada su habilidad en un hermoso concurso con otro oro y esos 5,97 metros que este verano nadie ha podido superar.

Sus 1,77 centímetros han tumbado otra barrera. La pértiga no es solo para los altos. El pequeño saltador francés es un hombre de seis metros. Ingresó en el club de los elegidos en 2009 cuando se elevó hasta los 6,01. Dos años después en pista cubierta puso otra muesca en su garrocha añadiéndole dos centímetros. Operado de una fractura en la mano izquierda que le mantuvo parado seis semanas en invierno regresó a la competición en febrero y en siete días rozó los 5,93 metros.

El doble medallista de bronce no pasó ningún apuro en la previa. Al contrario, encabezó la calificación con 5,65. Solo el alemán Holzdeppe calcó el salto. Cayeron dos hombres importantes como son el campeón y el subcampeón mundial en Daegu'2011. El polaco Pawel Wojciechowski fue incapaz de superar la primera altura que intentaba (5,35), y el cubano Lázaro Borges se quedó en 5,50 al segundo intento. Con este último registro accedió Steven Hooker, que además de pertenecer al club de los seis metros está en otra lista menos agradecida, la de los grandes derrotados en el trámite en algún gran campeonato. A él le pasó en Daegu, pero Bubka, Isinbayeva, Dragila o Walker también probaron el mal trago.

El loco Hooker es el campeón olímpico de Beijing. Entonces la vida le sonreía, tanto que meses después de coronarse en el Nido pequinés en un invierno prodigioso el australiano logró elevarse hasta los 6,06 en Boston. Nadie, salvo Bubka, había subido tanto. El aussie se divertía, atacando el récord de Míster centímetro para cerrar sus actuaciones. Hasta que se lesionó y vio alterada su confianza. Hoy defiende su título en la primera prueba del día (20.00), puesto que no hay jornada matinal.

Otra de las grandes protagonistas de la jornada puede ser Tirunesh Dibaba. La magnífica fondista etíope, primera mujer en materializar en Beijing el doblete 5.000 y 10.000 intenta la repetición de la jugada.

Con 27 años y una genética privilegiada, cumplió en la jornada inaugural con la primera parte del plan, el 10.000, y hoy le toca rematar. Fresca como una recién llegada -y eso que en el Mundial de París'2003 ya se colgó su primer oro de una larga lista- se ha dosificado en las series para hacer historia. Ella y su compatriota Defar pretenden dejar a Kenia con las migajas.

Aregawi, en 1.500

La fiesta etíope puede tener continuidad en el 1.500, donde Abeba Aregawi intenta dar a este paraíso del fondo su primer título en la joya del mediofondo si domina a las turcas. Aregawi impresionó el miércoles en la semifinal más rápida que ella recorrió en 4:01.03. La joven turca Bulut y sus 4:01.18 también son dignos de mención. Ese ritmo se cobró una víctima de relumbrón, la estadounidense Jennifer Simpson hundida en el puesto decimosegundo. La otra semifinal, la primera, no tuvo color. La turca Asli Cakir Alptekin llegó primera con 4:o5.11.

En el 5.00 femenino.