El presidente del Parlamento navarro, Alberto Catalán (UPN), defendió ayer que «las administraciones pueden reducirse», aunque abogó por buscar consensos para hacerlo en la Cámara. Esta última afirmación supone en realidad una obviedad, dado que los votos de UPN y PP, las dos formaciones que apostarían por esta fórmula, no son suficientes para acometer una reforma. Pero más interesante resulta comprobar que Catalán se pasa al bando de quienes quieren recortar el Parlamento que preside, ya que en el primer momento en que Yolanda Barcina lanzó la idea se había posicionado en contra.

Preguntado sobre el tema ayer en un acto en Iruñea, Catalán dijo que «se pueden buscar fórmulas, dentro del consenso, incluso a la hora de modificar las retribuciones que tienen los parlamentarios o los cargos representativos de cualquier otra institución». «Ahí podríamos estar abiertos, pero sobre todo si lo que se busca es el consenso», insistió.

Quizás por ello, ni el PP ni UPN han lanzado oficialmente una propuesta para reducir el Parlamento navarro, lo que sí ha hecho el PP en otras comunidades autónomas, incluida la CAV, donde apuesta por bajar de 75 a 60 parlamentarios.

Catalán admite que un recorte de escaños cambiaría la representación (lógicamente en contra de los minoritarios), pero dice que lo relevante es que haga su «labor de legislación, control y seguimiento de la acción de Gobierno». Recordó que el Amejoramiento establece una horquilla de 40 a 60 escaños; hoy día son 50.