BALONMANO | Torneo femenino / Semifinales
Montenegro llega a la final en su debut
La calidad de sus figuras Popovic y Katarina Bulatovic decidió ante España.
Juan Carlos ELORZA
ESPAÑA 26
MONTENEGRO 27
Montenegro llegó a Londres para debutar en unos Juegos Olímpicos, y podría llevarse el oro. Si sus dos figuras Popovic y Katarina Bulatovic aguantan, será un rival a considerar. Su juego es previsible, porque gira alrededor de ambas laterales, pero muy difícil de parar, porque son muy buenas y -sobre todo Popovic- controlan el ritmo del juego a su antojo, y casi todas sus decisiones son acertadas.
España nunca supo manejar el partido, porque perdió muchos balones que rompieron su ritmo ofensivo (20 por 11 al final), un problema mayor en el primer tiempo (11), mientras Montenegro lo protegía muy bien (2), sobre todo porque el balón siempre se desplazaba entre Popovic y Katarina Bulatovic, sin asumir ningún riesgo, para acabar las jugadas lanzando ellas mismas (7 goles en el primer tiempo entre las dos), o asistir a sus extremos o al pivote cuando las presionaban.
La consecuencia fue que Montenegro pudo rematar 28 veces por 19 las españolas, y el marcador llegó empatado al descanso simplemente por la gran actuación de Navarro en la portería (8 paradas de 20), mientras las porteras montenegrinas no rechazaban más que dos remates
En la segunda parte Montenegro fue por delante hasta el empate a 19 (min. 15), aprovechando media docena de pérdidas españolas en los primeros minutos, y ahí España se vino abajo encajando un 0-5 (19-24)que resultó imposible de remontar, aunque lo intentaron sin desmayo hasta el último segundo.
NORUEGA 31
COREA DEL SUR 25
En el día D y a la hora H, cuando estaba en juego el paso a la final, todas las estrellas noruegas se presentaron preparadas para la cita. Heidi Loke marcó casi tantos goles como en el resto de partidos del torneo (8 de 9 lanzamientos, Lunde machacó desde el lateral izquierdo (6), Sulland aportó 4 y, el día en que su portera suplente Grismbo falló, Haraldsen la sustituyó para firmar una actuación perfecta.
Demasiados argumentos, y de mucho peso, para Corea, que tampoco ayer pudo contar con su central On A Kim (que se lesionó en la primera jornada del torneo ante España y ha visto el resto desde el banquillo). Necesitaba jugar bien y que Noruega flaqueara. Pero no sucedió.
Sim abrió el marcador, pero Noruega se fue enseguida hasta el 3-1, luego al 7-3, y al 12-7, superando las dificultades de la agresiva defensa coreana alternando lanzamientos exteriores (9 goles entre Lunde, Sulland y Sonrroeggen) con balones al pivote (6 tantos entre Loke y Frajford), y confiando en que su fortaleza física acabaría por imponerse con el paso de los minutos.
Corea siguió su guión habitual, imprimiendo un ritmo vertiginoso durante la primera parte, en un toma y daca que le permitió acercarse al 16-15, pero nunca pudo empatar. Al olor de la final, el instinto depredador de Noruega se revitalizó tras el descanso, alcanzando una renta de seis goles mediada la segunda parte que dejaba el choque prácticamente decidido, y más con la inspiración que mostraba Haraldsen en la portería.
Hungría, que fue uno de los referentes en los inicios del balonmano, había desaparecido de los puestos de honor, pero el miércoles reapareció de la mano de Nagy, el ex del Barça, uno de esos poquísimos jugadores que, por sí solo, es capaz de convertir a un equipo de clase media en otro de la aristocracia. Enfrente estará Suecia, donde hay que mirar hacia el banquillo para descubrir al frente de la selección a Stefan Olsson y Ola Lindgren, ilustres representantes de la Suecia que maravilló durante la década de los 90. Lo ganaron todo... salvo los Juegos Olímpicos. Con Wislander, Svensson, Thorsson, Andersson... fueron medalla de plata en Barcelona'92, Atlanta'96 y Sidney'2000, y esta tarde buscarán una nueva oportunidad.
Si Suecia fue el dominador de los 90, Francia y Croacia son las selecciones más laureadas del siglo XXI. Desde el año 2000 se han disputado 48 medallas en 16 campeonatos (3 olímpicos, 6 Mundiales y 7 Europeos), y 15 se las han repartido entre franceses (8) y croatas (7). Casi una de cada tres. De los 16 podios del 2000 hasta aquí, en 12 estaba una de estas dos selecciones (coincidiendo en cuatro). Son equipos ganadores, con muchísimo talento y un grado de autoestima sobresaliente, agudizado en el caso de los croatas al convertirse en símbolo de su país tras su proceso de independencia. En su corta vida, Croacia ha sido campeona olímpica dos veces (1996 y 2004), y Francia defiende su título conseguido en 2008. No es exagerado decir que es una final anticipada.
