Fede de los Ríos
¿A qué o a quién esperamos?
Para eso lo pusieron, para aumentar la tasa de ganancia del Capital: privatizar lo público a fin de que ellos obtengan beneficios y disciplinar a los obreros para trabajar más por menos. ¿Los díscolos? Asunto de jueces y Guardia Civil como manda la tradición
Ya no hay profetas que anuncien llegadas de nuevos mesías y las tierras prometidas no son merecedoras de éxodo, la globalización las ha llenado de mcdonalds. Y aguantamos «impasible el alemán» que marca el paso de la oca económico. 40 años de falangismo debieron de resultar poco, por eso ahora están sus herederos.
Otra vez, de limpiabotas al servicio de Alemania, tal parece ser la vocación de la nación llamada España. Ayer una sola aunque muy azul división fue mandada en ayuda contra la horda roja, hoy gran parte del beneficio producido por los trabajadores que les ha sido arrebatado con nuevas leyes e impuestos a fin de pagar a la banca teutona unos créditos que otros pidieron.
A los Botín, Ratos, Urdangarines y tantos de su mismo pelaje no los detienen, andan sueltos. Después de evadir impuestos, capitales, fraudes, desfalcos, especulaciones bursátiles e inmobiliarias que han llevado a la Hacienda pública española al precipicio desde donde observar el abismo al que no caerán ellos, tan patriotas, tan españoles. Después de enterarnos que desde 2009 las rentas del trabajo ya superan el 80% en el IRPF; que los trabajadores declaran una media de 19.359 euros anuales de renta, frente a los 8.275 euros que declaran los empresarios. País curioso, ese que algunos llaman España, donde los asalariados ganan más del doble que los empresarios.
Los detenidos por la Justicia y condenados por los chaperos del micrófono y la pluma, son unos jornaleros andaluces que osaron llevarse carros con comida para repartir por las barriadas.
Si el comportamiento de la oligarquía económica española, -los amos, para entendernos-, haría enrojecer a las mafias albanokosovares, las maneras de la oligarquía política a su servicio es de traca ¿No había otros? ¿No fue suficiente con Zapatero? Un Rajoy que ni está ni se le espera. Que todo lo que no iba a hacer lo ha ido haciendo. Para eso lo pusieron, para aumentar la tasa de ganancia del Capital: privatizar lo público a fin de que ellos obtengan beneficios y disciplinar a los obreros para trabajar más por menos: más beneficios. ¿Los díscolos? Asunto de jueces y Guardia Civil como manda la tradición. No se puede hacer otra cosa, nos dicen. Son los mercados. No nos gusta pero... O esto o el caos, profetizan. Y desde sus áticos nos piden a los del sótano, (ellos también lo harán), que descendamos un peldaño más por el bien de todos. Mintieron para salir elegidos y mienten para permanecer. Son pésimos gestores de la crisis económica; en lo político, sus resabios nacionalcatólicos nos retrotraen a escenarios del franquismo y en lo social, condenan a la desesperación a un tercio de la población. Con una clase media como colchón cada vez más difícil de mantener y una casta empresarial y banquera ávida de ganancias inmediatas, es fácil que esto acabe como el rosario de la aurora.
Aquí, lejos de favorecer la distensión, utilizan a los presos a modo de muñeco vudú con que dañarnos. Los más tontos del Occidente cristiano ejercen de políticos faltones mientras preparan un pucherazo. Nadie vendrá a pararlos. Así que arreando.