Crónica | Crisis siria
Los desplazados de Alepo buscan cobijo en las más estables regiones kurdas
La contraofensiva del régimen sirio para recuperar el control de la capital económica del país ha provocado la huída de gran parte de su población civil. En las últimas horas, miles de desplazados y varios desertores del Ejército sirio han llegado a la región kurda de Efrin buscando la estabilidad y protección que ofrece la zona.
David MESEGUER Efrin
«El Ejército Libre Sirio es un grupo terrorista y se le debe combatir». Este es el mensaje de texto que anoche el Gobierno de Bashar al-Assad envió a todos los teléfonos móviles del país mientras intensificaba el asedio sobre Alepo. La contraofensiva del Ejército sirio por recuperar el control de la capital económica del país ha agravado más si cabe la crisis humanitaria que vive la república árabe desde el inicio de la revuelta en marzo de 2011.
Decenas de coches provenientes de Alepo se agolpaban ayer en el checkpoint instalado por las Unidades Populares de Defensa kurdas a la entrada de la ciudad de Efrin. Familias enteras intentaban hacerse un hueco en el interior de los vehículos repletos de electrodomésticos, muebles y todo tipo de enseres personales. «Los aviones del Ejército están bombardeando nuestro barrio y hemos optado por huir», explicaba Halid, que ha decidido volver con su familia a la pequeña aldea de la que es originario.
Como ellos, miles de personas han abandonado en las últimas horas la ciudad norteña debido a la escalada de violencia, en especial en el barrio de Salahedin, cuyo control está otra vez en manos de las fuerzas gubernamentales tras haber derrotado a los efectivos del Ejército Libre Sirio (ELS).
Conscientes de que la suerte del régimen depende en gran parte del destino que corra Alepo, Damasco ha desplegado unos 20.000 efectivos para tratar de recuperar el control de una ciudad cuyo 60% del territorio ha llegado a estar en manos de los opositores, que cuentan con unos 8.000 combatientes.
Después de recuperar el control del barrio de Selahedin y de la ciudadela, el Ejército sirio ha tenido que emplearse a fondo para frenar una ofensiva lanzada por los rebeldes en el aeropuerto internacional de Alepo.
Sin combates en Efrin
La región de Efrin, a 60 kilómetros al norte de Alepo y controlada por el Partido de la Unión Democrática (PYD), la rama política del Partido de los Trabajadores del Kurdistán (PKK), goza de una situación estable y sin enfrentamientos armados, razón por la que muchos desplazados han decidido buscar refugio en ella.
Gran parte de los recién llegados son habitantes de Al-Ashrafieh y Sheh-Maqsoud, barrios de Alepo de mayoría kurda, que emigraron a esa ciudad en las dos últimas décadas. Es el caso de Edris, empleado de la administración pública siria y que hasta hace dos días seguía acudiendo a diario a su puesto de trabajo allí.
«La situación se volvió muy peligrosa y decidí marcharme con mi esposa y dos hijos a la casa de mis padres», explica. «Estoy preocupado por lo que pueda pasarle a mi casa. Nos llegan noticias de saqueos y pillaje», asegura el joven funcionario.
Ya hace dos meses que la rama política del PKK controla esta zona fronteriza con Turquía después de que el régimen de Bashar Al-Assad retirara sus efectivos militares y dejara la gestión administrativa del territorio en manos de los kurdos.
Algunas fuentes apuntan a que esta retirada táctica del régimen busca presionar a Turquía, que ofrece apoyo activo a la oposición siria y se enfrentada al PKK desde 1984, en un conflicto que ya ha dejado cerca de 45.000 muertos.
Si bien es cierto que la cesión del control de ciudades como Efrin, Kobani y Amude se ha producido sin incidentes armados entre el régimen y las recientemente constituidas unidades de defensa kurdas, en ciudades como Derik o algunos barrios de Alepo las milicias kurdas y el ejército sirio sí han combatido.
Según la Agencia de Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR), un total de 146.667 ciudadanos sirios han huido a Líbano, Turquía, Jordania e Irak, desde el inicio la revuelta en marzo de 2011. De los 50.227 refugiados sirios censados en Turquía, más de 6.000 se han inscrito esta misma semana, siendo el país que más exiliados acoge.
Goteo de deserciones
Camuflados entre los civiles que huyen de Alepo, también viajan soldados del Ejército sirio que acaban de desertar. Originarios de Deir el Zor, Faiq y Mahmud, aprovecharon la noche para abandonar sus posiciones y huir hacia la región de Efrin.
En declaraciones a GARA, dos jóvenes desertores aún con el miedo en la mirada, explican que «el Ejército sirio ni mucho menos cuenta con 20.000 efectivos». Afirman que es un número inferior y que el engorde de estas cifras corresponde a una estrategia informativa del régimen para disminuir la moral de los rebeldes.
Los desertores también destacan que «la escasez de comida y provisiones» está afectando los ánimos del Ejército y afirman estar «sometidos a mucha presión por parte de sus oficiales».
En su trayecto de fuga, admiten haber tenido miedo de ser localizados por el Ejército Libre Sirio y creen que si los rebeldes emiten un comunicado donde garanticen una especie de amnistía para los soldados del régimen que deserten, el número de renuncias crecerá de forma considerable.