El Ministerio español de Empleo ha reconocido los retrasos en los pagos del Fondo de Garantía Salarial (Fogasa) tras la denuncia efectuada el viernes por los sindicatos CCOO y UGT, que señalaban que la demora es de seis meses en el inicio de los pagos a los beneficiarios, cuando el máximo estipulado es de tres meses.

El Departamento dirigido por Fátima Báñez, que admite la demora, niega que la situación se deba a una falta de dinero, como denuncian los sindicatos, si bien admite que la plantilla está desbordada.

En este sentido, señala que el personal no ha aumentado en los últimos años pese a que el volumen de trabajo se ha duplicado como consecuencia de la crisis. Añade que en provincias como Madrid o Barcelona, el trabajo se ha multiplicado por cuatro. «La plantilla no está dimensionada para hacer frente al incremento de trabajo», admite el Ministerio, que también explica que los funcionarios están realizando un esfuerzo para resolver este problema.

El tiempo medio de trámite de los expedientes es actualmente de 146 días, cuando la regulación genérica indica que las administraciones deben resolver los expedientes en 90 días.

Al margen de la falta de personal, los sindicatos atribuyen los retrasos a que la Tesorería General de la Seguridad Social tenía pendientes de ingreso a mediados de junio 768 millones de euros al Fogasa, correspondientes a cuotas cobradas y destinadas al organismo.

Sin reservas

El Fondo de Garantía Salarial, según los sindicatos, hará frente a los pagos de este año con sus excedentes de años anteriores, que tiene depositados en el Banco de España y que a 15 de junio eran de 1.475 millones de euros. Los sindicatos sostienen que, de mantenerse la actual situación, el Fogasa se quedaría sin reserva alguna en el primer trimestre del año que viene.

Empleo reconoce que hay retrasos en los pagos por parte de la Tesorería General de la Seguridad Social y que este problema se arrastra desde hace tiempo, aunque no guarda relación con los periodos de cobro por parte de los beneficiarios.

En cualquier caso, el Ministerio remarca que el Fogasa no tiene problemas de liquidez. En este sentido, tiene mucho interés en recalcar que el Fogasa está abonando todas las prestaciones que le corresponde y que «podrá seguir haciéndolo a lo largo de todo el año» porque además del presupuesto, dispone de un remanente de tesorería.

Se da la circunstancia de que hace solo unos días, en su último paquete de medidas contra el déficit, el Gobierno español cambió la ley y redujo los pagos del Fogasa de un máximo de cinco meses de salario a cuatro y con un límite menor de la cuantía, al reducir la base de cálculo del triple al doble del salario mínimo interprofesional.