Los rebeldes armados presionan a Occidente con guiños a Al Qaeda
Dentro de la pléyade de grupos armados rebeldes, crecen las voces de los que amenazan con dar carta de naturaleza legal a lo que no es ya ni siquiera un secreto a voces: la creciente presencia de yihadistas en el escenario sirio. En un intento de forzar una intervención directa de Occidente, o siquiera de lograr que les suminis- tren armamento, los rebeldes de Alepo amenazan con sellar una alianza con Al Qaeda.
Nino BLINAC (AFP) |
Los rebeldes armados de Alepo amenazan con una alianza abierta y formal con Al Qaeda si Occidente no accede a intervenir directamente en el conflicto.
«No queremos a Al Qaeda aquí, pero si nadie nos ayuda, nos aliaremos a ellos», advierte Abu Ammar, un comandante rebelde de Bab al-Nasr, un barrio situado en el centro de la capital económica de Siria. «Y les advierto de que, si llegan, lavarán el cerebro de los habitantes y convertirán Alepo en su base militar en tres meses», añade.
El Ejército Sirio Libre y el opositor Consejo Nacional Sirio piden insistentemente el establecimiento de una «zona de exclusión aérea» y armamento sotisficado. El régimen «posee armas químicas, carros, aviones, morteros, lanzagranadas.... y nosotros nada», señala el comandante. «Estamos realmente descontentos. El pueblo sirio man- tiene todavía afecto por los países occidentales, pero si esto sigue, les odiará», advierte.
Frente a sus amenazas, informes de prensa llevan meses alertando de la llegada de yihadistas extranjeros a suelo sirio.
Recelo canadiense
El Gobierno canadiense canceló ayer mismo la entrega de 2 millones de dólares en ayuda médica a los rebeldes tras publicarse denuncias de que el grupo destinatario tiene relaciones con un asociado de Al Qaeda.
Este grupo está vinculado con una organización caritativa fundada en 1980 para ayudar a los afganos refugiados en Pakistán. Estuvo dirigida por Ahmed Said Jadr, muerto en un bombardeo en 2003 y considerado el jefe financiero de la red del difunto Osama Bin Laden y padre del «niño soldado» canadiense encarcelado en Guantánamo.
Expertos occidentales confirman la presencia de Al Qaeda en Siria, «aunque no como una fuerza organizada». Grupos rebeldes utilizan desde hace tiempo sus métodos, como atentados indiscriminados y la ver- tiente islamista y los linchamientos de sospechosos de apoyar al régimen se han convertido en moneda común.
Un corresponsal de AFP, Peter Parkus, fue testigo de la tortura hasta la muerte de un joven acusado de ser un traidor infiltrado en Rankus, Damasco.
Desde el inicio de la revuelta, en marzo de 2011, el régimen de Al-Assad insiste en que lucha contra un complot extranjero y una insurrección islamista. EEUU, que siempre ha acusado a Damasco de cerrar los ojos ante el paso de yihadistas por Siria, se niega oficialmente a armar a los rebeldes para que no caigan en manos de Al Qaeda.
«Nuestro principal objetivo es parar la efusión de sangre en Alepo. Pero si ni Occidente ni los árabes nos ayudan, llamaremos a Al Qaeda», coincide Baraa al-Halabi, militante opositor.
Bombardeos en Alepo
Una activista que se presentó como Wed al-Haya aseguró a la agencia Efe que 40 personas murieron ayer en un bombardeo aéreo contra una cola en una panadería en el barrio de Wed al-Haya, en Alepo. El opositor Observatorio Sirio de derechos Humanos confirmó el ataque pero rebajó a una decena las víctimas mortales.
Por su parte, la organización La organización Human Rights Watch (HRW) aseguró que uno de sus equipos había confirmado sobre el terreno la matanza de la víspera en la localidad de Azaz. Confirmó, asimimo, que el objetivo del ataque era una sede del partido gubernamental Baath convertido en cuartel general rebelde pero añadió que se hallaba a dos calles del bloque de edificios destruido. Muchos heridos cruzaron la frontera para ser tratados en Turquía.
Rusia abogó por mantener la presencia de la ONU en Siria ya que su salida tendría «graves consecuencias negativas» para toda la región. Occidente defendía ayer en el Consejo de Seguridad el fin de la misión de observación, cuyo mandato expira el domingo.
Irán denunció la suspensión de Siria de la Organización de Cooperación Islámica en violación de su carta fundacional al no haber invitado al país concernido. La República Islámica se quedó sola en su rechazo a esta medida y abogó por una salida negociada.
Como en el caso libio, Alemania advirtió de los riesgos de incendio regional de una intervención extranjera. El Estado francés, tras el relevo Sarkozy-Hollande, exigió la salida del poder de Al-Assad y una transición rápida.
La organización Hizbulah y sus aliados de AMAL (chiíes) y del Partido Socialista Progresista del druso Walid Jumblat acordaron cortar de plazo todo intento de extender los secuestros en represalia contra ciudadanos sirios al resto de Líbano. La víspera un clan chií secuestró a una veintena de sirios en represalia por el secuestro de uno de sus miembros por el Ejército Sirio Libre.
La indignación en Líbano creció ante las informaciones que daban por muertos a los once peregrinos libaneses secuestrados en el bombardeo en Azaz. El ministro libanés de Exteriores, Adnan Mansur, y fuentes turcas aseguraron que se encontrarían bien.
No obstante, diversas informaciones daban cuenta de más secuestros de sirios en el país vecino, incluido el sur de Beirut, donde habrían tenido lugar pogromos contra propiedades y bienes de sirios. No obstante, Hizbulah y sus aliados negaron estos extremos.
Manifestantes chiíes bloquearon la carretera al aeropuerto y un vuelo de Air France con destino a Beirut se desvió a Chipre por «seguridad»
Arabia Saudí, Qatar y los Emiratos Árabes Unidos han pedido a sus nacionales que abandonen Líbano. GARA