A las 27 comparsas les sobra energía para ultimar sus montajes en El Arenal, seguir trabajando en la programación para la semana más larga del año y valorar el proceder del alcalde hacia ellas. Ayer, Bilboko Konpartsak quiso poner el acento en el revés que ha sufrido Iñaki Azkuna con la sentencia del Tribunal Superior de Justicia del País Vasco (TSJPV) que declara no ajustado a la legalidad del veto impuesto durante dos años a Txori Barrote y Kaskagorri. El alcalde tardó poco en hablar y lo hizo para reafirmarse en sus principios y su discurso más cerril.

Los agentes festivos quisieron poner el acento en las cuantiosas costas a las que tendrá que hacer frente el Consistorio bilbaino al haber perdido el pleito en los tribunales. Le preguntaron a Azkuna, de forma irónica, si va a pagar de su bolsillo o lo harán la totalidad de los miembros de su equipo, que defendieron a capa y espada el castigo a las comparsas.

La verdad es que el primer edil y los miembros de su gobierno más implicados en el caso han evitado pronunciarse, aunque ayer sí lo hizo Azkuna. En las faldas del Pagasarri, a donde acudió para participar en otra celebración religiosa católica, en esta oportunidad en la ermita de San Roque, hizo declaraciones y no fueron, por cierto, para acercar posturas.

El alcalde aseguró que perdió el caso en el TSJPV por «un aspecto formal», ya que el juez no entró «en el fondo» del asunto. Iñaki Azkuna retomó su añejo discurso tan cercano al PP -dos de cuyos miembros acudieron también a la misa en San Roque- para insistir en que, hace tres años, las txosnas exhibían en fiestas carteles «humillando a las víctimas» y «nadie ha pedido perdón, nadie se ha disculpado».

«El problema es ese. La humillación que han sentido las víctimas. Me hace gracia que la señora Villafáñez, portavoz de Bilboko Konpartsak, pida diálogo. Diálogo, sí. Después de hacer cada uno lo que quiere», añadió.

No perdió la ocasión para afear a las comparsas que no cumplieran su prohibición de ocupar El Arenal con motivo del Konpartsero Eguna. «Se fueron al Arenal, el parque a preservar, donde los ciudadanos tienen derecho a andar, y no entre jaimas y txosnas», censuró.

A partir de ahí, reiteró sus teorías que confluyen en ver siempre al independentismo de izquierda detrás de todo movimiento social. «Esta gente está muy acostumbrada a obviar las normas», porque «como son del entorno de la izquierda abertzale, han estado durantes cuarenta años dándonos estopa y luego pidiendo diálogo». «No vale, no vale hacer cada uno lo que quiere y luego pedir diálogo. El diálogo tiene que ser sincero, de sentarse en una mesa y dejar todos los pelos en la gatera», criticó el alcalde.

Por esta causa, instó a los agentes festivos a «cumplir la ley como todo hijo de vecino». «Lo que no pueden hacer es saltarse la ley. Por lo tanto, lo que tienen que hacer es cumplirla y, entonces, dialogaremos», concluyó.

Antes de esa respuesta del alcalde a sus continuos emplazamientos, en la plaza del Arriaga, decenas de comparseros, provistos con sombrillas, colchonetas, reteles de pesca, cubos y palas, proclamaron que «se nos ha derrumbado un mito: el mito -remarcaron- de la absoluta, perfecta e infalible infalibilidad de Su Alteza Municipal don Iñaki Azkuna». Estimaron que el «disgusto» del primer edil jeltzale tiene que ser grande, aunque apostillaron que no dudan de que Azkuna era consciente de que los tribunales le iban a enmendar «la avería» y solo se trataba de impedir a Kaskagorri y Txori Barrote que instalasen su montaje en el olimpo festivo.

En tono socarrón, entre risas y provistos de gafas, nariz y cejas similares a las del alcalde, dijeron que este «no podrá conciliar el sueño buscando la forma de reparar la injusticia y compensar a Bilboko Konpartsak por tan desgraciado error. Alteza, tranquilícese -le instó Itziar Villafáñez, portavoz comparsera-, somos conscientes de que ha sido un fallo humano que le puede pasar a cualquiera. Nos consta que ha sido sin querer».

«Paga la ronda»

Las comparsas aguardan a que Azkuna pague de su bolsillo lo que le va a costar al contribuyente su campaña de acoso al modelo festivo popular y participativo que representan. Dijeron no ser rencorosas y, después de que «pague la ronda», en alusión a las costas judiciales, y que reconozca su «metedura de pata», anunciaron que siguen con sus planes para enviar de vacaciones al alcalde.

Mostraron un gran bono de viaje, aunque no desvelaron el destino elegido por los cientos de bilbainos y bilbainas que han aportado sus sugerencias, ya que seguirán recogiéndolas hasta el miércoles 22 de agosto.

Esa jornada, a las 19.30, desde la plaza Circular partirá una kalejira hasta El Arenal, en el transcurso de la cual lanzarán a «Su Alteza Municipal de vacaciones». Invitaron a villanos y visitantes a que se sumen al cortejo, que concluirá con el lanzamiento, y a que lo hagan vistiendo la camiseta negra con el lema ``Aste Nagusia defendatuz''. «Todos y todas seremos los azafatos y azafatas que le acompañen a sus maravillosas vacaciones», enfatizó Villafáñez.

Posteriormente, el cortejo festivo recorrerá el espacio que ocupan las txosnas en el muelle y jardines del Arenal, además de en la trasera del Arriaga, para celebrar las «tan merecidas» vacaciones de Azkuna «y consiguientemente nuestro tan merecido descanso».

A 48 horas de la llegada de Marijaia, no perdieron la oportunidad de animar a la ciudadanía a que participe en el txupin, «que no txupinazo como es en otras tierras -aclaró Villafáñez- y que algunos quieren afianzar en nuestra villa», pero que lo hagan para dignificarlo. «No hay sitio para la harina y para los huevos, solo para el agua de Bilbao... o líquidos varios... que va a hacer calor», advirtió. «Que la fiesta es imparable y que nadie pretenda otra vez aguarla», manifestaron en su proclama las comparsas.