Txema Azkuenaga | Portavoz del grupo municipal de Bildu en Bilbo
Urge plantear una respuesta conjunta como país
Quiero hacer un llamamiento a Azkuna y al equipo de gobierno del PNV para que deje a un lado la senda de los recortes, se plante ante las políticas destructoras del PP y ponga como prioridad a las personas, sus necesidades y la defensa del sector público vasco
Amediados de julio, Rajoy ordenaba la puesta en marcha de una nueva batería de recortes, cuyo objetivo no es otro que el desmantelamiento del sector público y su privatización para el beneficio único de las grandes corporaciones privadas.
Azkuna, cuyo gobierno municipal ya ha aplicado en este ejercicio una serie de recortes -Jolastu Parkean, clases de euskara en Otxarkoaga, la mitad del servicio de las ambulancias municipales, las clases de apoyo a menores con necesidades especiales, el Servicio Municipal de Inmigración y el autobús para los udalekus-, y con el fin de zanjar el amplio debate social abierto, rápidamente salía a la palestra a declararse públicamente «no insumiso», dando a entender que actúa así por responsabilidad y por sentido de Estado. El primer edil justificaba su actitud recordando la postura adoptada por su familia en julio de 1936, en la que esta se posicionó con el Gobierno legítimo frente a los militares españoles «insumisos» que se alzaron en armas.
No es responsable, en aras de justificar su actitud, equiparar a unos militares fascistas que tanta sangre derramaron y cuyas consecuencias políticas aún sigue pagando este país, con quien pretende abrir un debate social que tiene como fin frenar las políticas sociales y económicas destructoras del PP.
Pero ya que le gusta mirarse en el espejo de la historia para justificarse, me voy a tomar la licencia de recordarle otro pasaje de la misma época, más acorde a su responsabilidad como primer edil de la capital más poblada y económicamente más dinámica del país, en el que, frente a agresiones similares, las instituciones vascas, con el Ayuntamiento de Bilbo a la cabeza, se plantaron y fueron capaces de poner en marcha una política de defensa común que puso en jaque al Gobierno de Madrid de entonces, del mismo color político que el actual.
Me refiero al verano de 1934. El entonces ministro español de Economía, Marraco, miembro de la derecha autoritaria, acérrimo enemigo de Euskal Herria y militante activo por la «uniformización» del Estado -igual que los de ahora-, puso en marcha una serie de medidas de carácter fiscal con especial perjuicio para los ayuntamientos de Araba, Bizkaia y Gipuzkoa. La respuesta no se hizo esperar. Los alcaldes de Bilbo, Gasteiz y Donostia (las diputaciones de entonces eran elegidas a dedo por Madrid) convocaron una asamblea de electos que se celebró en Bilbo en julio. La asistencia fue mayoritaria y de esa asamblea surgió un potente movimiento municipalista de respuesta a las agresiones de Madrid, en el que tomaron parte electos de PNV, ANV, socialistas y republicanos de izquierdas.
Ahora, en verano de 2012, nos encontramos ante una encrucijada similar. Y hay que elegir: o agachar la cabeza y decir amén -tal y como dio a entender el alcalde en su reciente visita al monarca español o como lo hicieron las derechas monárquicas y los carlistas tradicionalistas en 1934- o seguir el ejemplo de aquella corporación, modélicamente dirigida por Ernesto Erkoreka, y plantar cara y plantear una respuesta conjunta como país.
Es por ello que ante el Pleno del hoy, 17 de agosto, en el que se materializará la primera decisión del equipo de gobierno de cumplir los recortes impuestos por Madrid, como portavoz del grupo municipal de Bildu quiero manifestar lo siguiente:
1. De acuerdo con reducir los elevados salarios de los corporativos y los altos cargos, medida que no debería circunscribirse única y exclusivamente al presente ejercicio, tal y como está planteada. Los desproporcionados salarios de los corporativos municipales merecen un debate serio y transparente. Bildu no se opone a ninguna medida que vaya en esta dirección. De hecho, Bildu ya ha hecho sendas propuestas en la misma dirección, tanto en el primer Pleno de la legislatura como en la discusión presupuestaria. Ambas propuestas fueron rechazadas por PNV, PP y PSOE. Medidas que deberían ir acompañadas de la eliminación de privilegios injustificables, como es el caso de la sanidad privada para concejales, cargos de confianza y sus familias, a la que Bildu renunció desde el principio.
2. La reducción de estos salarios no puede servir de justificación para la ejecución posterior de los brutales recortes impuestos por Madrid y que, entre otros muchos, castigará a los empleados y empleadas públicos, paganos, junto al resto de la ciudadanía, de la crisis generada por la banca, los más pudientes y una clase política irresponsable.
3. Bildu considera que, en vez de dar cauce a los recortes, el Pleno debería discutir cómo hacer frente entre todos a las políticas destructoras del PP. En este sentido, abogamos por dar forma, en el menor tiempo posible, a un frente institucional, político y sindical que haga realidad la materialización de un muro vasco de contención frente a la política golpista y antisocial del PP. Condiciones sociales y políticas para caminar hacia la soberanía política y económica que nos pongan a salvo existen, sólo es necesario voluntad política.
En conclusión, desde esta tribuna quiero hacer un llamamiento a Azkuna y al equipo de gobierno del PNV para que deje a un lado la senda de los recortes, se plante ante las políticas destructoras del PP y ponga como prioridad a las personas, sus necesidades y la defensa del sector público vasco. Si decide comenzar a caminar por esa senda, tendrá como aliado a Bildu.