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«El legado de Bourne» o cómo continuar la franquicia sin el mismísimo Bourne

La Universal ha conseguido salvar la difícil papeleta de dar continuidad a la franquicia Bourne, tras la salida del director Paul Greengrass y el actor estelar Matt Damon. En realidad, han resuelto la mitad del dilema al encontrar un sustituto que supera al protagonista original, porque Jeremy Renner es el número uno. En cambio, se le pide demasiado al guionista Tony Gilroy ante la imposibilidad de emular en la realización a su predecesor. Así que, sí y no a este legado.

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Mikel INSAUSTI | DONOSTIA

Basta fijarse en la eterna saga Bond para comprender que si un estudio quiere prolongar un éxito lo hace, aunque tenga que cambiar de reparto y de equipo técnico. Por eso no se entienden muy bien las dudas o temores con respecto a la continuidad de la franquicia Bourne, que durará lo que la Universal desee que dure.

La extensión de la trilogía Bourne con esta cuarta y nueva entrega, tras el abandono del director Paul Greengrass y el actor estelar Matt Damon, ha sido posible gracias a la continuidad del guionista Tony Gilroy, apuntándose así una baza segura. Desde el principio fue adaptando la serie original de Robert Ludlum, enrevesándola aún más si cabe. Como quiera que los argumentos son tan liosos, el público fiel no va tener problema en encajar el hecho de que el ciclo Bourne siga adelante sin el mismísimo Bourne.

Ahora bien, el vacío al frente de la realización se ha querido solventar abusando doblemente de Tony Gilroy, quien ha dirigido dos largometrajes hasta la fecha. Ni en sueños podría alcanzar el dominio técnico de Paul Greengrass, por lo que de las escenas de acción se ha encargado el habitual y experimentado director de segunda unidad Don Bradley.

A pesar de las notables ausencias, si hay algo en lo que «El legado de Bourne» supera a los títulos precedentes es en la elección de su protagonista. Lo siento por Matt Damon, pero Jeremy Renner no tiene rival como actor físico. Es la presencia más arrolladora en el cine actual, con su condición de tipo pequeño pero matón. Si se lo propone puede convertirse en el nuevo James Cagney, a nada que le den papeles en los que puede sacar su fuerte carácter, que lo tiene.

Hace una estupenda pareja con Rachel Weisz, y la química entre ambos va aumentado a medida que comparten huída. Parecen salidos de una película de Godard, en la que no hace falta saber nada sobre las razones por las que son perseguidos.

Las imágenes en paralelo del cuartel secreto de la CIA desde el que se dirige la operación de caza y captura resultan más convencionales, por desgracia para una cinta con una espectacular persecución final en las calles de Manila.

La vida secreta de tony gilroy

Tony Gilroy es uno de los guionistas más cotizados de Hollywood por su probada capacidad para escribir historias conspirativas y thrillers sobre secretos de máxima seguridad. Ha nacido para ello, y los argumentos de películas com «Pactar con el diablo», «Prueba de vida», «Bait», o «La sombra del poder» se lo deben todo. No digamos ya la trilogía Bourne, adaptada de la serie de Robert Ludlum. Al final han tenido que contar con él para convertirla en una franquicia duradera, también como director. Debutó en la realización de forma brillante con «Michael Clayton», a mayor gloria de George Clooney, aunque se llevó el Oscar su compañera de reparto Tilda Swinton. Su segundo largometraje ha sido «Duplicity», con Clive Owen enfrentado a Julia Roberts. M.I.

Título Original: «The Pirates! Band of Misfits» Dirección: Peter Lord Guión: Gideon Defoe Música: Theodore Shapiro País: Inglaterra, 2012 Duración: 88 minutos

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