Udate
Treinta días después de la muerte de John Lord, su Hammond vive
El tiempo pasa y el olvido va cogiendo capas de polvo y polvo. No obstante, treinta días después del fallecimiento de John Lord, exteclista de Deep Purple, su Hammond mantiene sus teclas impolutas.
Pablo CABEZA | BILBO
Todas las muertes son ingratas, en mayor o menor medida, de forma localista o global, pero el fallecimiento de John Lord el pasado 16 de julio conmovió a la gran comunidad musical. A pesar del cáncer diagnosticado en agosto de 2011, pocos imaginaban que la deriva se iba a producir con semejante celeridad. Lord, desde su página web, anunció: «Me gustaría que todos mis amigos, seguidores, fans y compañeros de viaje supieran que estoy luchando contra un cáncer y que, en consecuencia, me tomaré un descanso de las actuaciones mientras dure el tratamiento y la cura. Seguiré escribiendo música, en mi mundo simplemente ha de ser parte de la terapia, y espero de todo corazón estar de vuelta en buena forma el próximo año».
Tras su muerte, se reprodujo en diferentes medios que fue el compositor de canciones tan emblemáticas como «Smoke on the water» o «Child in time», afirmación inexacta, ya que, salvo en los últimos años que los Purple firman canciones con autoría diferente, durante sus años de mayor gloria todas las canciones las firmaban los cinco integrantes: Gillan, Blackmore, Glover, Lord y Paice.
En cuanto a la brillante y espectacular introducción del Hammond de «Child in time», Deep Purple calló durante muchos años que la composición estaba influida por los sonidos de «Bombay calling», composición de It's a Beautiful Day incluida en su álbum debut (uno de los mejores discos de la historia del rock). En su momento, pareció extraño que la banda de San Francisco no exigiera derechos de autor a Deep Purple o que ni siquiera protestara. Sin embargo, la historia de esta canción es más rocambolesca, ya que It's a Beautiful Day había sido denunciado por un músico de jazz, Vince Wallace, que se consideraba el autor de «Bombay calling» y que había tocado con David LaFlamme (violinista, voz y líder de It's a Beautiful Day) a mediados de los sesenta. Años después, IBD le reconocería como coautor del tema.
Teclas y sinfonías
John Lord fue el gran inductor de los teclados en el rock, en especial del sugerente sonido Hammond. No obstante, Lord mantenía en paralelo una vehemente afición por la música clásica. La primera pista (al margen de declaraciones) la ofrece en la canción «April», más de diez minutos contenidos en el disco «Deep Purple», de 1969. La extraña composición (posiblemente influida por Vanilla Fudge) muestra, gracias a las imágenes de una televisión alemana, a Deep Purple interpretando la canción en un montículo mientras poco a poco van llegando los componentes de una orquesta sinfónica que se une al desarrollo de la pieza y que se van como llegaron, de uno en uno.
Lord fue un caballero, un innovador, un paciente músico en el gallinero Purple y, ante todo, un trascendental músico.