Los inmigrantes sin papeles se quedan sin acceso a la sanidad navarra desde hoy
Las personas inmigrantes en situación irregular en Nafarroa han perdido hoy su derecho a ser atendidos en Osasunbidea. La sanidad universal se ha roto y ahora funcionará como un seguro de pago. Médicos pasaron ayer consulta a las afueras del hospital a modo de denuncia.
Aritz INTXUSTA | IRUÑEA
El derecho a la salud deja hoy de ser universal en Nafarroa, después de que el Gobierno de UPN haya aplicado la normativa general dictada por Madrid y pese a que otras comunidades, como la CAV, se han declarado en rebeldía y no la cumplirán. A partir de hoy, 1 de setiembre, los inmigrantes mayores de edad solo tendrán derecho a una cartilla sanitaria si pagan o (los que puedan) soliciten una ayuda. El pago en Nafarroa, además, será más alto que en otras comunidades del Estado.
Osasunbidea funciona a partir de ahora como un seguro privado para los inmigrantes en situación irregular. Este seguro costará 764 euros al año para los mayores de edad que tengan menos de 65 años y 2.675 para los que superen esa edad (en el resto del Estado cuestan 710 euros y 1.864, respectivamente). El Gobierno navarro no ha explicado de dónde sacarán este dinero, ya que, al carecer de papeles, no pueden trabajar y, en consecuencia, no pueden tener ingresos. Sin embargo, el Ejecutivo de Yolanda Barcina parece dispuesto a aceptar dinero negro.
A diferencia de otras comunidades, Nafarroa ha habilitado una «ayuda» para los sin papeles que no tengan ingresos, o estos no superen los 532 euros mensuales. El Departamento de Políticas Sociales anunció que ha reservado 1,67 millones de euros para pagar este seguro a los inmigrantes que cumplan tres requisitos: acreditar un año viviendo en Nafarroa, no tener antecedentes y no tener causas pendientes con la justicia. Esa ayuda deberá empezar a tramitarse ahora, así que, a día de hoy, ningún «sin papeles» tiene acceso a la atención primaria.
La restricción impuesta por Madrid con el apoyo de UPN supone que un inmigrante irregular únicamente tiene derecho a ser atendido en urgencias «por enfermedad grave o accidente», en los partos y los postpartos. Los menores sí que podrán acudir a un médico de cabecera.
Ayer, a las puertas del hospital, se montaron dos carpas donde varios médicos atendieron a personas afectadas por esta medida a modo de protesta. «No es nuestra intención crear un sistema paralelo para ayudar a estas personas», comentaba uno de los facultativos que pasó consulta. «La única manera de atenderlos debidamente es en las instalaciones públicas, donde están las máquinas y los medicamentos necesarios», dijo.
Médicos y personal sanitario han comenzado a buscar el modo de hacer objeción de conciencia. Poco a poco se van organizando, pero necesitan que la objeción sea masiva para que tenga efecto.
Dejar fuera del sistema a un colectivo anula el concepto de salud pública. Es decir, ya no se podrá estudiar cuáles son las enfermedades que afectan a la sociedad en su conjunto, porque no se tendrán datos todos los que conviven en el mismo territorio.