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Campaña electoral: la paz en la contienda

La candidata a lehendakari de EH Bildu, Laura Mintegi, compareció ayer en Bilbo para hacer un emplazamiento a los otros candidatos a entablar conversaciones para conseguir la normalización política. Para hacer de la paz un objetivo común, una ganancia neta para la gente de este país. Una propuesta que conecta con el sentir mayoritario, con la muy sentida aspiración de ver a los líderes políticos con las manos a la obra en esa tarea. Una invitación que, sin embargo, no va a tener, particularmente en periodo electoral, una fácil plasmación práctica. El cálculo cortoplacista, la sobreactuación teatral, las promesas al viento y el tan buscado antagonismo de las posiciones, tan comunes en las contiendas electorales, no son un microclima apropiado para tal fin.

Mintegi, muy probablemente es consciente de esta realidad. Pero hace bien hilando su discurso atendiendo las necesidades e interpretando las inquietudes sociales en relación a este tema. Acierta al priorizar el establecimiento de una conversación franca y adulta entre líderes políticos. Y al intentarlo, además, desde el sosiego, sin transmitir crispación alguna. Ese discurso, que no es ni debe ser una posición de partido, realza el perfil de estadista y amplifica la sensación de una candidatura con vocación de servicio al país, de sacrificio por un bien común y supremo como es el de la paz.

Nada amenaza tanto la paz en Euskal Herria como el comportamiento de quienes viven la paz como una amenaza. El Gobierno español es el mejor ejemplo de ello. Pero, con todo, este no puede ser el destinatario principal de las iniciativas y de las palabras, ni se puede jugar todo a su hipotética buena voluntad. Lo principal es hablar, sin duda entre partidos y líderes, pero fundamentalmente a la gente, siempre a la gente de este país. El mejor activo y la única garantía en la búsqueda de paz y soluciones. Sabrá recompensar el esfuerzo de trabajar por la paz con honestidad y transparencia. Y también castigar lo contrario, a quienes están para solucionar problemas y son percibidos como el problema.

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