La vertiginosa deriva que vive Itxako en las últimas semanas ha conducido a una situación que se antojaba increíble hace solo unos meses. Tras conseguir el doblete -el tercero consecutivo-, lo que significaba que la 13ª edición de la Supercopa la jugaría contra Bera Bera (subcampeón de Liga y Copa), Itxako se ha desmoronado como un castillo de naipes lastrado por una enorme deuda económica que le ha puesto al borde del precipicio.

La incertidumbre sobre su futuro -que aún se mantiene- llegó al punto de que su continuidad en la máxima categoría no se confirmó hasta hace unos días, su entrenador se conoció hace una semana, desveló los nombres de sus 10 primeras jugadoras el pasado martes y el de la undécima el jueves, cuando se reunió para entrenar por primera vez parte de la plantilla, y hoy disputa su primer partido.

Pese a ser oficial, ni siquiera se puede considerar un partido de pretemporada para las de Lizarra, dado que aún no ha empezado ni siquiera a entrenar.

Ajeno a todas estas circunstancias, Bera Bera acude a la cita, y al inicio de la temporada, con los deberes hechos y una gran ilusión. No en vano dentro de tres semanas debutará en la Champions League, un éxito en sí mismo tras haber conseguido su mejor clasificación en la Liga.

Las circunstancias que han provocado la estampida de una treintena de jugadoras de la Liga hacia las de otros países, y que han afectado principalmente a su rival de hoy -ninguna jugadora de Itxako de la pasada temporada estará hoy en Donostia-, también han tenido su repercusión en Bera Bera, que ha perdido jugadoras como Bea Fernández, Punko y Carvalho.

Con ellas, Bera Bera ha perdido parte de su potencial físico y de lanzamiento desde la primera línea, pero la continuidad de su línea de trabajo, de la columna vertebral del equipo, y las cinco incorporaciones que ha realizado (las pivotes Núñez y Ederra, la extremo zurda Cardoso, y Elorza y Dunay en la primera línea), unidas al terremoto, la han convertido en favorito de todas las competiciones.

Reyes Carrere, entrenadora de Bera Bera, declaraba ayer que la consecución del título «sería la mejor manera de empezar». Los cambios en el equipo «obligarán a que las jugadoras asuman roles diferentes, además necesitamos acoplarnos, y encontrar la forma de gestionar las prestaciones de Eli Pinedo, que lleva varios años seguidos sin apenas descanso». Carrere espera que las nuevas aporten en esta nueva configuración del equipo, Elorza con su envergadura física que tan necesaria resulta ahora, la israelí Dunay con su capacidad de penetración, «en el mes que lleva se ha notado una gran progresión, aunque debe mejorar en defensa», y a Cardoso «todavía no le hemos visto explotar su velocidad, una de sus mejores cualidades».

Sobre Itxako, la falta de información lo convierte en una incógnita completa para hoy. Su entrenador, Eduardo Izquierdo, decía anteayer que no tienen ni un 1% de posibilidades de ganar.