GARA > Idatzia > Eguneko gaiak

Convención nacional republicana

Romney acepta la candidatura con la promesa de crear millones de empleos

El exgobernador de Massachusetts Mitt Romney se convirtió oficialmente el jueves en el candidato del Partido Republicano a la Presidencia de EEUU con la promesa de que pasará página a los cuatro años de mandato de Barack Obama con un plan que creará doce millones de empleos y con mayor firmeza en la defensa de los intereses de su país en el mundo.

p008_f01.jpg

David BROOKS («LA JORNADA») | TAMPA

El primer candidato presidencial (casi) mexicano, el primer abanderado mormón, el más rico de los aspirantes y el primero que sale del sector financiero, Mitt Romney, fue presentado como un hombre que se ha preparado durante gran parte de su vida para este momento, el de su nominación como candidato del Partido Republicano a la Presidencia de EEUU, y, justo por su experiencia empresarial, el más indicado para liderar un país que no logra superar su peor crisis económica desde la Gran Depresión.

Randy Johnson, extrabajador de la industria papelera, vivió las consecuencias de las decisiones empresariales de Romney cuando dirigía la firma financiera Bain Capital. «Estábamos en nuestra fábrica de papel cuando Romney y sus socios tomaron el control de la empresa. El 5 de julio de 1994 llegamos a nuestro turno y nos encontramos con guardias de seguridad armados que nos escoltaron para echarnos de la planta, sin anuncio, sin aviso. Esto destruyó a mi familia y a mi comunidad. En los siguientes ocho años, él ganó 100 millones de dólares y dejó a la empresa en bancarrota, con cientos de empleos perdidos. Con él siempre está la ganancia antes que la gente».

Bain, la empresa que Romney fundó con otros socios, es un fondo de inversiones cuya especialidad era buscar invertir en empresas para generar ganancias rápi- damente para los socios. Entre algunos de los primeros inversores, gente que Romney elogió recientemente, están integrantes de prominentes familias ricas centroamericanas radicadas en Miami, algunas de las cuales han sido vinculadas al apoyo a la contra nicaragüense en los 80.

Romney y sus estrategas presentan su experiencia en Bain como su mayor atributo para dirigir al país, impulsar la economía y generar empleo. Para los demócratas y opositores de Romney, todo esto evidencia que él proviene del sector de Wall Street que llevó al país al desastre actual, y que es un rico alejado de la realidad cotidiana de la gran mayoría de los estadounidenses, o sea, un buen ejemplo del 1%.

Su fortuna personal se calcula en unos 250 millones de dólares, y está mucho más acostumbrado a los círculos de los ultrarricos que a los de la «gente común». Pero sí ha tenido experiencia política, como gobernador de Massachusetts y como precandidato presidencial republicano en 2008, cuando perdió en las primarias contra John McCain. Es hijo de la cúpula política y económica del país: su padre, George Romney, fue tres veces gobernador de Michigan y también exprecandidato presidencial fracasado, así como director ejecutivo de American Motors en los años 50 y secretario de Vivienda en el Gobierno de Richard Nixon.

Su padre nació en Chihuahua

También es lo más cercano a un candidato presidencial estadounidense con antecedentes mexicanos (algo que no resaltan mucho los republicanos). El tatara- buelo de Mitt, Miles Park Romney, estableció una comunidad polígama en el norte de México en 1885 después de huir de fiscales federales estadunidenses que los perseguían por sus prácticas. Su padre, George, nació en Chihuahua en 1907. Decenas de familiares lejanos de Romney continúan viviendo en esa zona.

El propio candidato cuenta, muy brevemente, y sin mencionar lo de la poligamia, estos orígenes de su vida en su nuevo libro «Sin disculpa», donde dice que los abuelos de su padre se mudaron a México para huir de la «persecución religiosa». Ahí tenían una casa y un rancho bonito, «pero en 1911, revolucionarios mexicanos amenazaron a la comunidad expatriada, entonces los padres de papá juntaron a sus cinco hijos, se subieron a un tren, y regresaron a Estados Unidos», dejando atrás todas sus pertenencias. Según algunos informes, la familia Romney cruzó «ilegalmente» la frontera para regresar a EEUU. Tampoco se sabe si ingresaron a México «legalmente».

De hecho, como reportó el diario «La Jornada» en 2008, puede ser que la fortuna de los Romney tenga sus orígenes en el Gobierno mexicano. Después de huir de la revolución, el abuelo de Romney y su familia fueron de mal en peor y lo perdieron todo en la Gran Depresión, pero demandaron a México una compensación por sus tierras perdidas. En 1938, un proceso judicial en Salt Lake City solucionó la disputa con el Gobierno de México dando 9.000 dólares al abuelo, una suma importante entonces.

Mitt Romney nació en 1947 en Michigan, estudió en la universidad mormona Brigham Young y un posgrado en Harvard. Fundó Bain Capital en 1984. Fue candidato republicano al Senado de Massachusetts en 1994, perdiendo ante el veterano Edward Kennedy. Fue presidente de los Juegos Olímpicos de Invierno celebradas en 2002 en Utah. Ese año fue electo gobernador de Massachusetts, como republicano moderado, donde impulsó una reforma de salud que en parte fue el modelo para la recientemente implementada por la Administración Obama, la misma que ahora Romney y su compañero de cartel, Paul Ryan, prometen revocar.

Después de perder las elecciones primarias frente a McCain en 2008, ha dedicado los últimos tres años a prepararse para su triunfo del jueves.

«Promesa de América»

Buscando cosechar lo que calificó como la desilusión nacional con Barack Obama, Romney llamó a «restaurar la promesa de América» en su discurso de coronación como candidato en la Convención Nacional Republicana. Planteó una pregunta directa a los electores: «Si ustedes sintieron entusiasmo cuando votaron por Barack Obama, ¿no deberían sentir lo mismo ahora que es presidente?». Y concluyó: «Algo anda mal con el tipo de labor que él ha hecho como presidente cuando la mejor sensación que tuvieron fue cuando votaron por él».

Declaró que el país merece algo mejor que los últimos cuatro años y prometió usar su «experiencia exitosa» en los negocios para crear empleo, principal preocupación de sus compatriotas. EEUU necesita «empleos, un montón de empleos», dijo.

Pintó un panorama sombrío de la economía, cuatro años después de la elección de Obama, quien aspira a la reelección. Por primera vez, dijo, «la mayoría de los estadounidenses ahora tiene dudas sobre el futuro de sus hijos».

Recordó que, hace cuatro años, los estadounidenses sintieron «un entusiasmo renovado sobre las posibilidades que ofrecía» Obama, y mantuvieron su «optimismo» en el futuro, pero la ilusión se ha esfumado.

El tándem formado por Romney y el congresista Paul Ryan se ha presentado ante el electorado estadounidense como el idóneo para resolver el problema del empleo y lo apuesta todo a la economía, seguros de que la insatisfacción de los estadounidenses por la lenta recuperación del mercado laboral neutralizará el encanto que los electores siguen encontrando en Obama.

Romney mencionó, aunque no desarrolló, los cinco elementos del plan con el que pretende crear doce millones de empleos, si gana las elecciones del 6 de noviembre. Se basará, indicó, en la independencia energética de EEUU para 2020, la reforma educativa, la promoción del comercio, el apoyo al empresariado para asegurar «que sus inversiones en EEUU no desaparecerán como las de Grecia», y en defensa de los pequeños negocios. Un plan que tendrá que detallar en los próximos dos meses de campaña.

El candidato a vicepresidente es autor de un polémico plan conservador para rebajar el déficit que plantea reducir los beneficios sociales y los impuestos. Romney solo se comprometió en su discurso a «no subir« los impuestos a la clase media, el grupo más disputado en los comicios que se avecinan.

Desde el comienzo de su intervención se refirió a EEUU como una «nación de inmigrantes» y recordó las raíces mexicanas de su familia. Antes de su discurso, la noche estuvo plagada de referencias y guiños a la comunidad hispana en el país, un grupo clave para la victoria en noviembre, que opta mayoritariamente por los demócratas.

En el área de la política exterior, Romney criticó a Obama por «flexibilizar» las sanciones contra Cuba, por abandonar a su aliado polaco al «dar la espalda a los compromisos en materia de defensa antimisiles» y mostrarse más flexible con Vladimir Putin tras su elección como presidente. Al respecto, aseguró que si llega a la Casa Blanca, «seremos más leales con nuestros amigos y menos flexibles y más firmes con Putin», una amenaza que el Kremlin calificó ayer de inadmisible.

El próximo martes será el turno de los demócratas en Charlotte, Carolina del Norte.

fe mormona

Ante la plural familia conservadora, Mitt Romney habló por primera vez públicamente de su fe mormona, aunque lo hizo para dejar claro que, por encima de la Iglesia con que uno comulga, lo que importa es el ejemplo que da día a día.

no más fuerte

El equipo de campaña de Barack Obama aseguró ayer que Romney no es más fuerte políticamente después de la Convención Republicana que antes de su celebración y lamentó que no abordara la situación de Afganistán en su discurso.

mofa y despido

Yahoo! despidió el jueves a su responsable en Washington, David Chalian, por decir, sin saber que su micrófono estaba abierto, que Romney y su esposa «eran felices por tener una fiesta mientras los afroamericanos se ahogaban» bajo el huracán Isaac.

La extraña diatriba de Clint Eastwood

El legendario actor y director de cine Clint Eastwood realizó el jueves una aportación a menudo incoherente en la Convención de Tampa, lanzándose a una diatriba extraña contra el presidente, Barack Obama, representado por una silla vacía instalada a su lado. Robó protagonismo a Mitt Romney y divirtió a la concurrencia con un monólogo punzante en el que sintetizó, con unas pocas bromas, todo el mensaje de la alternativa republicana.

«El país es nuestro, los políticos son nuestros empleados. Y cuando alguien no hace el trabajo, hay que echarlo, así es que es hora de que otro venga y resuelva el problema», señaló.

Empezó su discurso recordando la victoria de Obama. «Recuerdo cuando Obama ganó la elección, hablaba de cambio. Recuerdo que pensé que no era un gran simpatizante», ironizó.

«Prometía cambio y esperanza, había velas, Oprah (Winfrey) lloraba», bromeó. «Pero ahora yo lloro con fuerza por los 23 millones personas desempleadas», le decía a la silla vacía, símbolo para los republicanos del liderazgo ausente de la Casa Blanca durante la etapa de Obama.

Eastwood, que respaldó la candidatura de Romney el mes pasado en California, aprovechó su alocución para atacar la gestión económica de Obama, sus esfuerzos por cerrar la prisión de Guantánamo y tener «la estúpida idea» de juzgar a los sospechosos de los atentados del 11-S en Nueva York.

Para el actor, ha llegado la hora de que Romney, «un empresario estelar», tome las riendas del país y, junto con el candidato a vicepresidente, Paul Ryan, pase a dirigir el país. GARA

lealtad

El idilio que vivieron millones de afroamericanos con la histórica candidatura de Barack Obama en 2008 ha perdido intensidad, pero su fidelidad, aún intacta, es hoy por hoy la apuesta más segura del presidente en las elecciones de noviembre.

Imprimatu 
Gehitu artikuloa: Delicious Zabaldu
Igo