Los rebeldes sirios aseguraron que tres de sus milicias eran las autoras de las explosiones que ayer sacudieron el barrio de Abu Rumaneh, en pleno centro de Damasco y cerca de los cuarteles generales de la Aviación y el Ejército de Tierra, dejando al menos cuatro heridos. Mientras, las fuerzas leales al régimen de Bashar al-Assad prosiguieron, según la oposición, sus bombardeos con artillería, aviones, helicópteros y tanques contra bastiones rebeldes en el resto del país, que causaron dece- nas de muertos.

Testigos presenciales indicaron a Efe que las dos explosiones en el corazón de Damasco fueron simultáneas y que una gran columna de humo se elevó sobre el barrio, que alberga embajadas e importantes edificios de las Fuerzas Armadas.

En un comunicado, la brigada del rebelde Ejército Libre Sirio (ELS) en Damasco y sus suburbios Ahfad al-Rasul (Nietos del profeta) señaló que las explosiones afectaron a altos mandos de las Fuerzas Armadas sirias.

Este grupo explicó que la operación contra la sede del Estado Mayor, la segunda de estas características en dos meses, fue organizada en colaboración con otras dos brigadas del ELS como «respuesta a las masacres cometidas por el régimen criminal contra nuestra población en el territorio sirio y una venganza en nombre de los mártires que fallecieron para conseguir libertad y dignidad».

Horas antes, la agencia oficial Sana informó de la muerte de al menos 15 personas por la explosión en la noche del sábado de un coche bomba en el área de Al-Sbaineh, en la periferia de Damasco.

El automóvil, un Suzuki, había sido colocado por «terroristas» junto a la mezquita Muaz bin Jabal, cerca del campo de refugiados palestinos de Al-Sbaineh, según la agencia. Medios locales informaron de que la mayor parte de las víctimas quedaron descuartizadas por la intensidad de la explosión.

Mientras, el Ejército regular continuó bombardeando los bastiones rebeldes en diversas zonas del país, ataques que, según grupos opositores dejaron decenas de muertos, en especial en Hama, donde denunciaron una nueva masacre que atribuyeron de nuevo a las fuerzas leales a Al-Assad.

Según los Comités de Coordinación Local, las tropas del régimen ejecutaron a una treintena de personas, doce de ellas de una misma familia, en Al-Fan (Hama). Muchas de las víctimas murieron supuestamente torturadas.