CRíTICA | Quincena Musical
Total, todo sonará a Arditti...
Mikel CHAMIZO
Una de las características más evidentes de la música contemporánea es su extraordinaria variedad. Mozart y Haydn, Brahms y Schumann, Mahler y Strauss, a pesar de sus marcadas diferencias personales, tenían muchas más cosas en común de las que tienen, por ejemplo, Saariaho y Golijov, Reich y Lachenmann, o Luis de Pablo e Ibarrondo, cuyos mundos sonoros y poéticos son totalmente dispares, incomparables e incompatibles. Durante el último concierto del Ciclo de Música Contemporánea me pregunté en qué momento de su carrera se le olvidó esto al Cuarteto Arditti, uno de los conjuntos legendarios de la música de vanguardia. Le he visto actuar media docena de veces y siempre me he llevado la misma impresión: que se han convertido en una engrasada máquina sin sentimiento y sin criterio. Solo así se puede explicar la imposible cantidad de música nueva que tocan cada año y la forma espantosamente homogénea en que lo hacen. Parece que sus altísimos estándares técnicos y capacidad de lectura les permita abordar cualquier partitura nueva en un tiempo récord y sin la necesidad de meditar demasiado en lo que están tocando. Al final, absolutamente todo suena a Arditti. Si la música que les propone el compositor se adapta a su estilo, quizá firmen una versión estupenda. Si no lo hace, probablemente surgirá un monstruo.
Se estrenaba la última obra de Gabriel Erkoreka, “Dardarak”, y eso era gancho suficiente para que algunos decidiéramos perdernos a uno de los grandes mahlerianos del momento, Jonathan Nott, dirigiendo la “Trágica” de Mahler. Por desgracia el Arditti firmó una versión lamentable de esta bella pieza de Erkoreka. La música del bilbaino construye imágenes poéticas de poderoso simbolismo, a menudo sus líneas son ampliamente líricas, su desarrollo requiere pausas, respiraciones, una intención expresiva tan profunda como clara. Es una música que hay que tocar con cariño, entendiéndola y referenciándola. Pero los Arditti sencillamente pasaron por encima de la partitura, tocándola como una mera obra textural, convirtiendo los amplios gestos expresivos que se adivinaban aquí y allá en una mera anécdota que no habría de parar la marcha arrolladora de su ejecución. Casi no se pudo reconocer a Erkoreka en sus arcos. Luego, sí, llegaron dos obras de Bertrand y Manoury, complejísimas, casi gimnásticas, que les iban como anillo al dedo y tocaron con enorme precisión y espectacularidad. Pero, señor Arditti: eso no vale.
Intérpretes: Cuarteto Arditti.
Programa: Cuartetos de cuerda de Hugues Dufourt, Cristóbal Halffter, Christophe Bertrand, Philippe Manoury y estreno absoluto de «Dardarak» de Gabriel Erkoreka.
Lugar y fecha: Donostia, Auditorio Kursaal. 01-09-2012.