Raimundo Fitero
Un todo
Muchas teorías y planteamientos de producción audiovisual pueden solaparse, acomodarse a las circunstancias o establecer comparaciones, para llegar a una conclusión que es bastante sencilla: lo que funciona, cuando funciona, la mayoría de las veces lo hace por ser un todo, una unidad de diversos complementos, un conjunto de valores en donde están los guionistas, la puesta en escena, la dirección, los actores, las tramas y el modo de contarlas. Sucede sobre todo en las series que están vinculadas a una estrategia coral en la que los solistas brillan con mucha fuerza, pero que en la estructura dramática, se preservan los espacios para que los otros personajes puedan tomar las riendas de las historias, ante eventualidades de cansancio, contrato o agotamiento de personaje o actor.
Lo vemos en varias series, y ahora en Neox nos ofrecen los nuevos capítulos de «Dos hombres y medio», ya sin Charly Sheen, y resulta que siendo el que lo sustituye un actor bastante menos carismático, las audiencias no se han resentido, ya que se ha mantenido íntegro el espíritu, el tipo de guión, el mismo humor y hasta los personajes, con sus circunstancias físicas acotadas por los actores se han ido acomodando, por ejemplo al crecimiento del que era en un principio el medio, ya un mozalbete, de metro y medio.
Sucede igual con «Aída», que comenzó temporada, y en la que algunos personajes han evolucionado como los actores que le dan vida, y que es uno de esos experimentos televisivos en el que la titular de la serie no aparece, pero la serie sigue funcionando. En su retorno del domingo, no apareció Paco León, es decir Luisma, el personaje que había tomado la hegemonía con la marcha de Carmen Machi, y con su ausencia logró un magnífico resultado de audiencias. Y es que mantiene el mismo tono, el conjunto, ese todo que le da carácter, y los guionistas, para solucionar descompensaciones han optado por dar más presencia a los otros personajes y así se logra mantener la atención a las tramas y desvaríos, locuras y sarcasmos. Sigue siendo una serie políticamente incorrecta y por eso funciona. Retrata a una parte de la sociedad con la que identificarse o distanciarse.