Urkullu confunde «país» con «partido»
La reacción de significados líderes del PNV al llamamiento de EH Bildu a actuar como país sorprende por su dureza verbal y resulta cuando menos intempestiva. El presidente y candidato a lehendakari de ese partido afirmaba que la mención del lehendakari José Antonio Agirre por parte de la candidata de la coalición soberanista de izquierdas es un «insulto». Por su parte, el diputado jeltzale en Madrid Aitor Esteban llamaba «sinvergüenzas» a los representantes de EH Bildu, afirmando que Agirre era del PNV.
Esta reacción se asemeja a una escena de celos, si bien lo que en realidad denota es nerviosismo ante la iniciativa de la fuerza que amenaza con arrebatar la hegemonía a un partido que tiene interiorizada la confusión entre sus propios intereses y los de la ciudadanía. De ahí la brusca respuesta a una propuesta consistente precisamente en actuar en clave de país. Agirre, en efecto, era del PNV, y nadie lo ha puesto en duda. Pero no es menos cierto que propició un acuerdo entre diferentes formaciones logrando la más amplia representación popular, y como lehendakari no solo representaba a su partido. Por eso, el intento de patrimonializar su figura solo resulta comprensible desde la equivocada identificación de los términos «país» y «partido».
La contestación de Urkullu, asegurando que la propuesta de alianzas de EH Bildu es una mentira resulta una pobre forma de rehuir esa posibilidad. Tal y como recordaba el presidente del EBB, en un momento excepcional de crisis, Agirre formó un gobierno de unidad junto al diferentes fuerzas no solo nacionalistas, modelo que evocó el equipo de Mintegi, lo cual demuestra que no excluye a los no nacionalistas. Si el PNV está de acuerdo con ese proceder y cree que un momento como el actual exige una actuación análoga, debería decirlo y actuar en consecuencia, intentando liderar acuerdos amplios en torno a las dos cuestiones más urgentes y que mayores esfuerzos requieren actualmente: el proceso de paz y la crisis económica.