El traspaso de Javi Martínez al Bayern por la mareante cifra de 40 millones de euros ha reabierto lógicamente el debate sobre San Mamés Barria, un estadio que básicamente usará un club pero que en más del 50% pagará la ciudadanía dada la elevada implicación institucional en el plan. Hay que recordar que el Athletic aporta 42 millones de euros por 55 del Ejecutivo de Lakua, otros tantos de la Diputación de Bizkaia, 55 también de Kutxabank y 11 del Ayuntamiento de Bilbo.

Cuando la crisis genera otras necesidades más acuciantes, el recorte de presupuestos públicos para el deporte de élite, y más si es capaz de generar enormes recursos por sí mismo como demuestra este traspaso, es de puro sentido común. Ayer Patxi López sorprendió al dirigirse al Athletic para reclamarle una mayor aportación a San Mamés Barria aprovechando esos 40 millones. Seguramente Josu Urrutia no entrará en ese debate, y es lógico también: lo que a él le compete es velar por los intereses del Athetic. La pregunta es más bien: ¿Por qué intereses velaba Lakua, primero con el PNV y luego con el PSE, cuando se comprometió tanto en este proyecto? López echa balones fuera tarde y mal.