Los socialistas catalanes decidieron empezar el curso político ocupando primeras planas y para ello, su secretario general, Pere Navarro, decidió dar un golpe de timón y sustituir a la dirección socialista en el Parlament. De esta manera, el presidente del grupo parlamentario, Joaquim Nadal, el portavoz, Miquel Iceta, y la portavoz adjunta, Laia Bonet, dejarán sus cargos a disposición de diputados más afines a Navarro.

Los sustitutos son Xavier Sabaté al frente del grupo parlamentario -ex conseller y dirigente histórico de perfil bajo- y Jaume Collboni como portavoz y hombre de confianza de Navarro. La figura de la portavoz adjunta queda diluida entre tres diputadas: Rocío Martínez-Sampere, Eva Granados y Montserrat Capdevila.

Más allá del golpe mediático que Navarro ha buscado para enderezar la errática oposición de su partido -que sigue siendo la segunda fuerza en el Principat-, el cambio ha sido visto como un paso más en la guerra interna que los socialistas mantienen tras el colapso sufrido en las últimas elecciones. Este conflicto se ha agravado después de que la posibilidad de unas elecciones anticipadas a lo largo de 2013 haya acelerado el proceso de unas primarias abiertas al estilo de los socialistas franceses, una promesa de Navarro que ahora le provoca más dolores de cabeza de los previstos.

El jefe de las filas

Pese a que su candidatura no está confirmada, se da por hecho que Pere Navarro intentará ser el jefe de filas en las próximas elecciones anticipadas.

De lo contrario, se arriesga a caer en el olvido más absoluto, ya que el no ser diputado -es alcalde de Terrassa- debilita notablemente su presencia pública, en un partido sin liderazgo fuerte que todavía no se ha rehecho del hundimiento del Tripartit.

Su cargo de secretario general, sin embargo, no le asegura la elección como candidato. De ahí el movimiento en el grupo parlamentario, que Navarro quiere ver liderado por diputados de total confianza.

Ahora mismo, su principal escollo en la carrera hacia la ansiada candidatura es el alcalde de Lleida, Ángel Ros, que poco a poco está consiguiendo aglutinar al sector catalanista del partido, descontento con la tibieza del PSC en la cuestión nacional. Nadal e Iceta, pesos pesados del partido, estarían ahora mismo más cerca de Ángel Ros que de Pere Navarro.

Este sector en particular, cuestiona la ambigüedad del partido respecto a la cuestión nacional y el pacto fiscal, además de reclamar una mayor autonomía respecto al PSOE.