La discusión que anteayer tuvo lugar en el Comité Ejecutivo Nacional del PP, en el que Mayor Oreja y Esperanza Aguirre se enzarzaron con el ministro de lnterior español, Jorge Fernández, fue profusamente difundida por todos los medios. Y los de la derechona tomaban partido.

«El Diario Vasco» y «El Correo» editorializaban «Diatriba dañina» y «Disputa dañina» respectivamente, pero no se referían a la postura del sector más ultra del PP. Tras analizar la actuación del Gobierno español al acceder al tercer grado de Uribetxebarria, concluían que «los dirigentes populares disconformes harían bien en atenerse a la decisión judicial última». Pero ya se imaginan de quién es la culpa de las desavenencias en el seno del PP, ¿no? Efectivamente, «los herederos de ETA se saldrán con la suya si logran proyectar división nada menos que en el seno del partido en el Gobierno y avivar la polémica en la opinión pública española». Resulta que complican hasta lo absurdo un caso de fácil resolución, como demuestran los numerosos precedentes, provocan un enorme sufrimiento gratuito y, como no están de acuerdo en el grado de crueldad que deben adoptar, la culpa es de otros.

«El Mundo», a quien nunca le ha caído demasiado bien Rajoy, no lo disimulaba, y así lo reflejaba en su editorial, titulado «La tibieza de Rajoy con Bolinaga divide al partido». Ya se sabe que la mejor garantía de unidad de la derechona es el uso de una buena porra.

Tampoco mostraba dudas «Libertad Digital», que también editorializaba sobre el asunto y cerraba filas con Mayor Oreja: «Jaime Mayor Oreja, que de lucha contra el terrorismo sabe, ciertamente, más que Jorge Fernández Díaz, fue el encargado de ejercer la crítica demoledora que merece la actuación del Gobierno en este asunto. Sus argumentos, que no tardaron en trascender a la opinión pública, dejaron al descubierto la penosa gestión de Fernández». Y, como el propio Mayor Oreja, anunciaban el final del imperio: «Estamos, pues, ante la sumisión del Gobierno, por boca de su responsable de Interior, a la estrategia de rendición ante los terroristas alentada por Zapatero». Parece que a Fede tampoco le cae muy bien Rajoy. Y nada mal el que vivió tan plácidamente en el franquismo.