La remodelación de Gobierno de Londres significa un giro a la derecha en el gabinete del primer ministro británico, David Cameron, en el que parece que poco o nada tiene que decir su socio en la coalición en el Ejecutivo londinense, el Partido Liberal Demócrata.

Esta victoria del conservadurismo más tradicional la evidencia el nombramiento de Chris Grayling como ministro de Justicia. Grayling será el primer ministro de Justicia sin experiencia legal, ya que en el pasado trabajó como realizador y director de programas con la cadena pública BBC. Grayling reemplaza al histórico Kenneth Clarke en un cambio que será bienvenido por el sector euroescéptico de los conservadores, que siempre han criticado a Clarke por su visión proeuropea. Clarke ha facilitado la tarea de remodelación de Cameron aceptando el ministerio sin cartera con una responsabilidad en economía. Grayling es la segunda opción de Cameron, ya que Iain Duncan Smith, el actual ministro de Trabajo y Pensiones, rechazó una promoción a Justicia cuando el jefe del Ejecutivo le ofreció esta cartera en la mañana del martes.

La víctima más clara de los cambios en las carteras ministeriales es Andrew Lansley. El hasta ahora ministro de Sanidad, responsable de las impopulares reformas de la sanidad pública británica (NHS) tendrá que conformarse con el papel de portavoz del partido en la Cámara de los Comunes en el Parlamento de Londres, reemplazando a George Young, de 71 años de edad.

La sorpresa en el nuevo Ejecutivo de Cameron es precisamente el sustituto de Lansley, el hasta ayer ministro de Cultura Jeremy Hunt, cuya gestión está siendo investigada por su relación con el propietario de la corporación mediática NewsCorp, Rupert Murdoch, en un momento en el que esta compañía optaba a la compra del canal BSkyB. La publicación del informe sobre esta relación podría resultar incómoda para Hunt. Entre los cambios ministeriales se incluye el cambio del delegado de gobierno en el norte de Irlanda, que será Theresa Villiers.