vuelta 2012 | Segunda jornada de descanso
Bola de partido para «Purito»
A sus 33 años, el ciclista catalán se encuentra ante la oportunidad de su vida para hacerse con una gran ronda, después de quedarse a las puertas en el último Giro. La subida a la Bola del Mundo de este próximo sábado decidirá quién acaba enfundándose el maillot rojo.
Carlos DE TORRES | EFE
Joaquim Purito Rodríguez, líder de la Vuelta, y Alberto Contador, aspirante al título, afrontan el tramo final de la carrera separados por 28 segundos, escaso tiempo que obliga al catalán a no fiarse de su rival y al madrileño a arriesgar a fondo para enjugar la desventaja, retos para un mismo objetivo con un día y un escenario claves: este sábado en la Bola del Mundo.
El mundo se abre ante Purito, un ciclista que espera tranquilo la oportunidad de su vida. Se quedó sin el Giro por 16 segundos, pero tiene la Vuelta a tiro a sus 33 años. Espera con cautela un fin de semana que puede ser fantástico, pero sin fiarse «ni un pelo» de un rival que «no es Perico de los Palotes». Se trata de Alberto Contador.
Será su madurez como ciclista y como persona, será la confianza que otorga el maillot rojo, lo cierto es que Joaquim tampoco tiene miedo a nada ni a nadie. «Respeto mucho», pero teniendo claro que el principal rival de Purito es él mismo. Si es el rey de los muros, con tres etapas ganadas, si pasó con nota la contrarreloj tan temida de Cambados y ha aguantado el vendaval de ataques de Contador, el líder del Katusha se ha ganado la condición de indiscutible candidato. Sin miedo a la derrota.
Esa etiqueta la aceptan sus rivales, incluido Contador, quien echa en falta una cronometrada final, como en el Tour, o haber tenido un puerto en condiciones cerca de meta «para atacar de lejos». ¿Excusas? El recorrido se conocía desde enero, y eso lo admite Contador, que no obstante rechaza tirar la toalla.
Anuncia batalla. «Lo voy a intentar hasta el final con todas mis fuerzas. Cada uno tiene su estilo de correr y ese es el mío, no sé correr de otra forma. Si no, me engañaría», reflexiona el doble ganador del Tour en su hotel de Comillas, donde trató de recuperar energías después de la paliza en el Cuitu Negru.
Purito y Contador, ambos pensando también en el Mundial de Valkenburg, van a ser los protagonistas en lucha por el primer escalón del podio. Un simple puñado de segundos obliga a cuidar el menor detalle. Por eso, el catalán, tras la experiencia frustrante del Giro, anda con pies de plomo. No quiere oír de festejar nada, porque «aún queda mucha Vuelta».
Tampoco descorcha el champán Alejandro Valverde, a pesar de que tiene casi asegurado el tercer puesto. Irá a su negocio: cuidar lo que tiene, sin entrar en el juego de las dos figuras estelares. El murciano sigue mirando de reojo al británico Chris Froome, ya descolgado de la pelea después del tríptico de montaña astur-leonesa, y eso que la clasificación refleja un dato aclaratorio. Al subcampeón del Tour lo tiene a una distancia de casi 3 minutos.
Para despejar las dudas restan cinco etapas, solo dos, salvo sorpresas, susceptibles de cambiar el orden establecido: la de hoy entre Santander y Fuente Dé, con un puerto de segunda para terminar, y la del sábado en la sierra de Madrid, dura jornada con los puertos de Navafría, La Morcuera, Cotos y la Bola del Mundo.
La Bola adivinatoria
La Bola adivinará desde sus 2.247 metros de altura el nombre del vencedor final de la carrera. Pero antes Joaquim Rodríguez y Alberto Contador medirán sus fuerzas por última vez en esta Vuelta. Enésimo duelo, el definitivo en 3,4 kilómetros, donde han de enfrentarse con rampas de hasta el 22 por ciento. Una sucursal, algo más suave, del reciente Cuitu Negru.
Contador sacará la artillería que le quede en terreno trillado. Eso no intimida a su oponente, que no estará solo, ya que «ya se están preparando varios autocares desde mi tierra», dice. También le acompañará la magia del maillot rojo. Lo demás está claro: seguir la rueda de su rival, que también estará al rojo vivo.
Tras la segunda jornada de descanso en tierras cántabras, la Vuelta vuelve a la carretera para la disputa de la decimoséptima etapa entre Santander y Fuente Dé, de 187,3 kilómetros. Un final elevado que pondrá en alerta a los favoritos.
Joaquim Rodríguez se quedó sin el pasado Giro por solo 16 segundos. Ello le hace ser precavido de cara al resultado final de la Vuelta, aunque en su beneficio no tendrá que disputar una contrarreloj final.
Aunque satisfecho por un balance que considera «bueno», Igor Antón reconocía en su descanso en un hotel de Comillas que «he preparado la Vuelta mejor que nunca, pero a veces no salen las cosas perfectas, como uno desea. He estado entrenando en Sierra Nevada, he competido en Suiza, Polonia y Burgos... He hecho todo con mimo pero me ha faltado coger ese puntito que es difícil lograr, no siempre se consigue».
El ciclista de Galdakao, noveno en la general a 9.11 de Joaquim Rodríguez, confesó que su reto ahora mismo es «avanzar en la general, aunque sé que es difícil. Ayer (lunes) gané un puesto y me he acercado en tiempo al resto de rivales, pero tampoco les quité mucho, así que estará complicado subir en la tabla. Si hago séptimo estaré contento, porque estoy dando todo lo que tengo. Si acabo noveno con la misma actitud, también me sentiré bien».
Un objetivo que es compatible con el de intentar obtener una victoria parcial, algo que se le está resistiendo a Euskaltel. La etapa del sábado está en su punto de mira: «Será muy difícil porque en una fuga no me van a dejar entrar, así que tendrá que ser ganando de tú a tú. Los más fuertes se tendrían que controlar entre sí y yo tener ese puntito extra», analizó.
Antón admitió que este segundo descanso le ha venido muy bien al pelotón porque ya «acumulamos 16 etapas y las tres últimas han sido durísimas», especialmente la del Cuitu Negru, «posiblemente la más exigente de mi carrera», aseguró el ciclista vizcaino. GARA