La luz viste de picardía el cabaret parisino «Crazy horse»
El histórico cabaret parisino Crazy Horse, dentro de la gira de su 60 aniversario, recalará el 9 de noviembre en el Teatro Campos de Bilbo con «Forever crazy». Diez bailarinas «vestidas» con la iluminación ofrecerán durante dos semanas este espectáculo lleno de erotismo y picardía.
Ane ARRUTI | BILBO
Alain Bernardin fundó el cabaret parisino Crazy Horse en 1951. «Él amaba el show burlesque, los artistas de moda... y quería realizar algo centrado en la mujer y en la creación», recordó Andrée Deissenberg, quien dirige el nuevo equipo del cabaret, después de que su fundador falleciera en 1995 y los hijos lo vendieran en 2005. «París es una ciudad de cabarets, pero Crazy Horse es un cabaret distinto: todo el espectáculo gira en torno a la mujer, que se viste prácticamente con la iluminación, y los números se realizan a medida para cada bailarina», apuntó, antes de asegurar que continúan con el mismo espíritu de su fundador.
Al cumplir el año pasado su 60 aniversario, Crazy Horse salió por primera vez de París y actualmente está realizando tres espectáculos: el tradicional de la capital francesa, otro en Las Vegas y el que llegará a Bilbo el 9 de noviembre, «Forever Crazy». Para ello, el Teatro Campos cambiará sus habituales butacas por un ambiente mucho más íntimo y con un aforo «muy limitado», con mesas para tomar una copa -solo se bebe en este cabaret, no hay comida-.
El espectáculo mantiene las señas de identidad del original y añade creaciones del coreógrafo francés Philippe Decouflé, con «tecnologías del siglo XXI: infrarrojos, vídeo mapping...».
Chicas «crazy»
Deissenberg detalló ayer el proceso que siguen las bailarinas para convertirse en «crazy girls». «Buscamos a las más bellas no solo de París, sino de todo el mundo». Al ser elegidas con los criterios establecidos por Bernardin -1,68-1,72 metros de estatura, dos tercios de piernas, no operadas, con formación de danza clásica y «con mucho carisma y carácter»-, realizan un proceso de «deconstrucción y construcción» de tres meses en el estudio de París, en el que aprenden la «muy específica manera de moverse y curvarse, además de una formación mental; tienen que hacer suyo este modo de bailar».
Sus «vestidos» de luz se acompañan de complementos diseñados por reconocidos nombres de la moda como Paco Rabanne, Loris Azzaro, Karl Lagerfeld, Emmanuel Ungaro o Azzedine Alaia. Además, han colaborado en el espectáculo artistas como Salvador Dalí, asiduo del cabaret y diseñador del sofá con forma de labios que se utiliza en el número «Lección de erotismo», y Woody Allen, quien filmó «What´s new Pussycat?» en las instalaciones del cabaret en París.