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Maite SOROA | msoroa@gara.net

Mirando a Barcelona

La histórica manifestación independentista del martes en Barcelona sorprendió por su dimensión a buena parte de los opinadores habituales de la prensa cañí, que se debatían ayer entre la desolación, la resignación y el enfado. No podían ocultar la dimensión de la movilización, como hacen otras veces, así que algunos optaban por insultar a la inteligencia de los asistentes y otros por la amenaza más o menos velada. Como hacía el editorialista de «El Mundo», quien señalaba que «la independencia de forma unilateral implica que Cataluña se quedaría fuera del euro y de la UE durante décadas, ya que España vetaría su ingreso. Ello tendría desastrosas consecuencias para el nivel de vida de los catalanes y la marcha de sus empresas». Vamos, una versión moderna del cuento del lobo. Como si las catalanas y catalanes fueran menores de edad.

«Abc», por su parte, perpetró una portaba con toda la intención del mundo, y en vez de incluir una fotografía de la marcha, se decantaba por una de la selección española de fútbol y el siguiente titular: «España sigue firme». Luego, en páginas interiores, evitaban incluir ninguna imagen en la que se viera lo grande que era la movilización, no fueran a verla sus lectoras y lectores. Y en su editorial, el diario de Vocento afirmaba que «el desafío nacionalista ha añadido el agravante de que ha radicalizado a la sociedad catalana, sumiéndola en una dinámica segregacionista frente a la que es necesaria una respuesta constitucional y política a cargo del Gobierno de Mariano Rajoy». ¿Y no sería mejor una respuesta democrática, y que admitieran de una vez que Catalunya sea lo que quiera ser? Servidora se teme que eso no entra en los planes del monárquico diario, donde opinaban también que «lo que ayer se vio en las calles de la Ciudad Condal fue la imagen de una ciudadanía que, engañada, pone sus pies sobre una brecha que puede tragarse sus aspiraciones y su futuro». Donde no tienen futuro es con quien insiste en tratarlos como menores de edad.

Y en «La Razón», que titulaba en Primera «Desafío independentista», el columnista Jesús Fonseca terminaba su tira con esta frase: «Los nacionalistas -en el origen de todas las catástrofes que ha sufrido Europa- tensan la cuerda. Estamos acostumbrados. ¡No pasarán!». Sí que lo harán, al tiempo. Y nosotras nos iremos con ellas.

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