diada nacional de catalunya
Madrid intenta torear el clamor catalán dando largas cambiadas
I.I. | GASTEIZ
No han entendido nada o quieren hacerse los despistados. Si pudieran elegir, se transmutarían en Jordi Pujol y dirían que esta pregunta «no toca», para pasar página y volver a hablar de la crisis, un tema incómodo pero al menos conocido. Sin embargo, el clamor catalán por la independencia está ya encima de la mesa del Gobierno español y del PSOE, y ha entrado también en la esfera europea.
Una parte muy importante de Catalunya, transversal en lo social y en lo generacional, exigió independencia desde las calles de Barcelona y en Madrid lo único que han querido entender es que piden mas dinero. Por lo que la opción elegida por el Gobierno español es tratar de enfriar el ambiente a la espera de que el día 20 el presidente de la Generalitat, Artur Mas, se encuentre con Mariano Rajoy en la Moncloa.
Resulta significativo que teniendo ante sí una manifestación como la de la Diada, el presidente del Gobierno español no tenga nada que decir. Fue la vicepresidenta, Soraya Sáenz de Santamaría, quien contestó a las preguntas de los periodistas en los pasillos del Congreso, pero sin dar respuesta a la reclamación de cientos de miles de catalanes. «Hay que saber por dónde va el mundo y esto va porque salgamos todos juntos de la crisis y, especialmente, de la mano de la Unión Europea», sentenció la 'número dos' del Ejecutivo, apuntando que en la actualidad hay «mucha gente» que se encuentra en una situación «muy complicada» que exige analizar «cuáles son las prioridades».
«A los gobiernos les corresponde decidir muy bien cuáles son esas prioridades -insistió Sáenz de Santamaría-. Creo que no conviene equivocarse en un país con cinco millones de parados».
Está visto que el Gobierno español no quiere coger este toro por los cuernos. Según informa Europa Press, el Ejecutivo de Rajoy ve esto como una crisis coyuntural, que cree que se le puede volver en contra a Artur Mas cuando el 20 de octubre vea rechazada su reclamación de un pacto fiscal y se vea abocado a convocar elecciones anticipadas.
No parece que esa fuera la preocupación de quienes se manifestaron en Barcelona, pero es como el PP entiende la política. Luego está la versión engreida y amenazante. Esteban González Pons afirmó que «nadie piense que se puede hacer daño a España sin hacer al mismo tiempo daño a Cataluña».
La presidenta de la Comunidad de Madrid, Esperanza Aguirre, afirmó que la manifestación fue «una demostración muy clara» de que hace falta «replantearse» el Estado de las autonomías, porque ni Cataluña ni el País Vasco «se sienten bien integradas en España». No explicó en qué sentido debía darse ese replanteamiento, porque no es competencia suya.
Desde el primer partido de la oposición en el Estado, el PSOE que «cepilló» -en expresión de Alfonso Guerra- el Estatut aprobado por la mayoría absoluta del Parlament, Alfredo Pérez Rubalcaba pidió a Mariano Rajoy que haga frente mediante el diálogo a la «tensión territorial» que revela la manifestación independentista de Barcelona y al presidente de la Generalitat, Artur Mas, que aclare si aboga por el «divorcio».
Aunque habla de que la situación en Catalunya es consecuencia de «muchos profundos descontentos», también el PSOE la ve en clave de financiación de la Generalitat.
La felicitación de EH Bildu a la ciudadanía catalana por su «clamor por la independencia» y el apoyo de que tanto Catalunya como Euskal Herria recorran ese camino, contrasta con la posición del PNV, que se limita a pedir que se respete los deseos de los catalanes, pero sin mostrar apoyo a la reivindicación de la Diada, ni querer trasladar aquí lo escuchado en las calles de Barcelona.
La candidata por Bizkaia de EH Bildu Maribi Ugarteburu aseguró haber vivido «con emoción» la manifestación de Barcelona. Declaró desde la Casa de Juntas de Gernika que «no es hora de estatutos agotados ni de nuevos estatus que están en una nebulosa de indefinición. Es la hora de la soberanía como herramienta indispensable para la construcción de un orden político y socioeconómico justo, tanto en Catalunya, como en Euskal Herria, como naciones que tenemos derecho a decidir», concluyó Ugarteburu.
También Amaiur felicitó a la sociedad catalana por «la exitosa manifestación» de Barcelona. Al mismo tiempo, instó a Rajoy a que «interprete bien la foto de la Diada y la del próximo día 21 de octubre»
El presidente del EBB y candidato a lehendakari por el PNV, Iñigo Urkullu, fue más frío en sus valoraciones. A su entender, «la manifestación ha evidenciado que el Gobierno español tiene un gran problema en relación al modelo de Estado y con los hechos nacionales vasco y catalán». Sostiene que PP y PSOE tienen que ver que «no se puede ir a contracorriente de los deseos de la sociedad». Y «es un hecho que hay unas reivindicaciones basadas en el cumplimiento de unos estatutos, en las decisiones de los parlamentos y en lo refrendado por la sociedad que han de ser atendidas por el Gobierno español».
Urkullu no quiso valorar el discurso de ayer de Artur Mas. GARA