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Muere el embajador de EEUU en Libia en el asalto al consulado en Bengasi

El embajador estadounidense en Libia, Chris Stevens, murió el miércoles durante el ataque contra el consulado de su país en Bengasi, a donde había llegado el mismo día, en protesta por un polémico vídeo ofensivo para el islam realizado en EEUU. Junto a él fallecieron otros tres miembros del personal estadounidense, dos de ellos marines. Obama, que envió un escuadrón de élite a Trípoli y puso en alerta a sus misiones diplomáticas, prometió que «se hará justicia».

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El presidente de EEUU, Barack Obama, condenó ayer en los términos mas enérgicos el «indignante» ataque contra el consulado estadounidense en Bengasi, en que el murieron el embajador de EEUU en Libia, Chris Stevens, y otros tres miembros del personal, dos de ellos marines. El trágico incidente fue protagonizado por centenares de personas que protestaban por una película, producida en EEUU, que se burla del profeta Mahona y del islam, y lanzaron cohetes contra la sede diplomática, aunque fuentes oficiales citadas por la cadena CNN indicaron que se trató de un ataque planeado con antelación y llevado a cabo utilizando esa protesta como maniobra de distracción.

Las autoridades libias, que pidieron disculpas a EEUU y al mundo por lo ocurrido el martes por la noche, acusaron a «delincuentes y simpatizantes del antiguo régimen» de Muamar Gadafi del ataque, que comenzó con la citada protesta. El viceministro de Interior para el Oriente de Libia, Wanis al-Sharf, explicó que los agentes de seguridad del consulado fueron los primeros en disparar contra los manifestantes al creer que se trataba de un ataque, y eso «agravó la situación». Entonces, «delincuentes y criminales» que participaban en la protesta lanzaron cohetes contra la legación, irrumpieron en el edificio, lo saquearon e incendiaron.

Al-Sharf relató que uno de los agentes del consulado murió al comienzo del asalto y el embajador Stevens, que se encontraba en viaje oficial en la ciudad, falleció por asfixia por monóxido de carbono a consecuencia del humo. Agregó que, de madrugada, un comando de fuerzas especiales estadounidenses procedente de Trípoli para participar en las tareas de evacuación fue emboscado por «simpatizantes del antiguo régimen», que mataron a dos marines y una docena resultaron heridos.

Admitió que las fuerzas de seguridad libias perdieron el control y fueron incapaces de frenar en un primer momento a los manifestantes que atacaron la misión diplomática y de evitar la posterior emboscada.

El embajador apoyó ardientemente la revuelta en Libia para derrocar a Muamar Gadafi y murió en un ataque que hubiera sido inconcebible antes de la caída del líder libio, pero la «libre, democrática y próspera Libia» que Stevens ayudó a construir permitió que ello fuera posible.

Stevens sirvió como enviado ante los rebeldes libios desde las primeras semanas de la revuelta, en febrero de 2011, durante la cual la OTAN ayudó a los rebeldes a derrocar a Gadafi y colaboró en su captura y muerte.

«Me emocioné al ver al pueblo libio levantarse y reclamar sus derechos», había dicho el diplomático poco después de que fuera designado como embajador en Libia en mayo de 2012. «Ahora estoy emocionado por volver a Libia y continuar con el gran trabajo que hemos comenzado, construyendo una sólida relación entre EEUU y Libia, y ayudar al pueblo libio a alcanzar sus objetivos», añadió.

El ataque al consulado en Bengasi, bastión de la rebelión contra Gadafi, coincidió con el aniversario de los atentados del 11-S de 2001, por lo que las autoridades libias, que declararon el estado de alerta tras lo ocurrido, tampoco descartaron la hipótesis de la autoría de Al-Qaeda, aunque Al-Sarf aseguró que «es una respuesta a la extradición del Abdalah al-Senusi», antiguo jefe de los servicios secretos, entregado por Mauritania a Trípoli el 5 de setiembre.

También la secretaria de Estado estadounidense, Hillary Clinton, descartó la posibilidad de que Al-Qaeda conmemorara el 11-S con este ataque al señalar que fue obra de «un grupo pequeño y despiadado que no representa ni al pueblo ni al Gobierno de Libia».

En una comparecencia conjunta junto a Clinton, el presidente de EEUU, Barack Obama, condenó enérgicamente el «indignante» y «horrible» ataque que causó la muerte de cuatro estadounidenses y, tras ensalzar la figura del embajador y su «servicio desinteresado» durante «nuestra misión en Bengasi», prometió que trabajará junto a las autoridades libias para procesar a los culpables.

«Se hará justicia», aseguró Obama, quien descartó que lo ocurrido vaya a afectar a las relaciones entre EEUU y Libia, queriendo así marcar diferencias entre los atacantes y los libios.

Aludiendo al motivo de los ataques, la película estadounidense que se burla del islam -y cuyo responsable, Sam Bacile, ha decidido esconderse, según indicó ayer el diario «The Wall Street Journal»- el mandatario subrayó que, desde su independencia, EEUU «es un país que respeta todas las creencias religiosas y rechaza todos los intentos de denigrar a otros».

«Pero -agregó- no hay absolutamente ninguna justificación para este tipo de violencia sin sentido. Ninguna». Por eso, Obama afirmó que «el mundo debe unirse en la condena de estos ataques», algo que ayer ocurrió, pues el rechazo al ataque contra el consulado estadounidense fue generalizado por parte de gobiernos de todo el mundo y entidades supraestatales como la Unión Europea, que instó a Trípoli a tomar medidas inmediatas para proteger a diplomáticos, y la ONU.

Duras críticas de Romney

El candidato republicano y rival de Obama en las elecciones presidenciales de noviembre, Mitt Romney, criticó duramente su respuesta a los asaltos de las representaciones diplomáticas estadounidenses en Egipto y Libia.

«Estoy indignado por los ataques», declaró Romney, quien añadió que «es vergonzoso que la primera respuesta del Gobierno de Obama no haya sido de condena a los ataques a nuestras misiones diplomáticas, sino de solidaridad con los que lanzaron los ataques». «Es un terrible camino para Estados Unidos pedir disculpas por nuestros valores. Es un error», dijo Romney.

El candidato republicano ahondó en sus críticas a Obama «por haber demostrado falta de claridad en su política extranjera» y señaló que EEUU «no puede dudar al usar su influencia en la región para apoyar a aquellos que comparten nuestros valores». «No podemos dejar que la primavera árabe se convierta en el invierno árabe», apostilló.

Las críticas de Romney parecían más bien una respuesta al comunicado emitido por la Embajada de EEUU en El Cairo, tam- bién asaltada, en el que se condenaban «los esfuerzos de algunas personas imprudentes por ofender los sentimientos religiosos de los musulmanes, así como los intentos de ofender a los creyentes de todas las religiones», que a lo manifestado por Obama.

Al poco de confirmarse la muerte del embajador estadounidense en Libia, el Pentágono envió a Trípoli un escuadrón de élite de los marines, especializado en la «lucha antiterrorista» para reforzar a seguridad de sus instalaciones diplomáticas. También se extremaron las medidas en las misiones diplomáticas de todo el mundo, que fueron puestas en alerta.

Este doble ataque contra uno de los países que más apoyó a los rebeldes en su lucha contra Gadafi no es el primero, pero sí el más sangriento y grave en la historia reciente del país. Para las autoridades de transición es prioritario recuperar el control de la seguridad, cuyo profundo deterioro se debe en buena medida al vacío de poder tras la caída del régimen de Gadafi en agosto de 2011.

El detonante, un libelo islamófobo

El Gobierno de Afganistán ordenó ayer el bloqueo del portal audiovisual de internet YouTube para que no se pudiera ver el vídeo estadounidense «ofensivo para el profeta Mahoma» que ha causado los graves disturbios en Egipto y Libia, informó el Ministerio de Comunicaciones.

La película «La Inocencia de los Musulmanes», que ha provocado graves incidentes en Libia y Egipto, es un libelo islamófobo que relata de forma satírica de la vida de Mahoma y toca temas como la homosexualidad y la pedofilia. Algunas estractos fueron difundidos por internet o por canales de televisión privados. En ella, actores que hablan inglés con acento estadounidense presentan a los musulmanes como inmorales y gratuitamente violentos y se burlan del profeta Mahoma.

La película de dos horas fue realizada por Sam Bacile, un empresario israelo-estadounidense que considera al islam una religión odiosa, informó el diario «The Wall Street Journal». «El islam es un cáncer», dijo Bacile, quien agregó que se trata de un film «político, no religioso».

La cinta está siendo promocionada por el polémico pastor de Florida Terry Jones, quien ha encabezado actos que incluyen quemas del Corán y protestas contra la construcción de una mezquita junto a la «zona cero» de Nueva York. El Pentágono se ha tomado muy en serio este apoyo y ayer telefoneó a Jones para pedirle que deje de apoyar el vídeo. GARA

vaticano

El Vaticano condenó las «ofensas injustificadas y las provocaciones» contra los musulmanes, al tiempo que aseguró que el respeto por las religiones es esencial para la convivencia pacífica y calificó de «inaceptable» la violencia.

rabino israelí

El rabino ortodoxo y exmiembro del Gobierno israelí Michael Melchior condenó el vídeo considerado ofensivo para el islam. «Aunque la libertad de expresión y el derecho a la sátira son dos principios sagrados de la democracia, no deben utilizarse como excusa para extender la basura y el lodo», señaló este defensor del diálogo interreligioso.

estado francés

El ministro francés de Interior, Manuel Valls, condenó ayer el ataque contra una mezquita en la ciudad de Limoges, cuyas puertas fueron profanadas con excrementos en la noche del martes al miércoles. Advirtió de que atacar cualquier religión es atacar a la República.

Los Hermanos Musulmanes convocan protestas tras la irrupción en la Embajada en El Cairo

Los Hermanos Musulmanes egipcios han convocado para mañana una jornada de protestas frente a las principales mezquitas del país para «condenar el insulto a las creencias religiosas y al profeta», en alusión a la película «La inocencia de los musulmanes», que el martes por la noche provocó el asalto a la Embajada de EEUU en El Cairo, cuya bandera fue arrancada. En un intento por calmar los ánimos, el primer ministro egipcio, Hisham Kandil, abogó por no responsabilizar a Washington por la ofensiva película y consideró «injustificable» lo ocurrido en la Embajada. El presidente del país, Mohamed Morsi, pidió a la legación diplomática egipcia en Washington que emprenda acciones legales allí contra los autores de la cinta. Mientras, la Fiscalía General ordenó ayer incluir en la lista de personas buscadas por la Justicia al pastor estadounidense Terry Jones y a nueve coptos (cristianos egipcios) residentes en EEUU, acusados de la realización del vídeo.

Horas antes de la convocatoria de la jornada de protesta por los Hermanos Musulmanes un grupo de personas escaló el muro de la Embajada de EEUU en El Cairo y quitó su bandera para sustituirla por otra que decía «No hay más Dios que Alá, y a Mahoma es su profeta», durante una concentración de miles de personas. Los funcionarios de la legación diplomática no se hallaban en el edificio, lo que forzó el despliegue de unidades de las Fuerzas Armadas egipcias para controlar la situación. Cuatro personas fueron detenidas.

La Embajada, que ayer decidió mantener cerrada su sección consular, emitió un comunicado en el que condenó «los intentos de algunas personas de dañar los sentimientos religiosos de los musulmanes».

Las protestas se multiplicaron ayer en otros países como Túnez, Marruecos, Sudán o Palestina. La Policía tunecina empleó gases lacrimógenos para disolver a una centenar de personas que protestaba frente a la Embajada de EEUU en la capital. Ante el consulado estadounidense en la ciudad marroquí de Casablanca se concentró medio millar de personas, un número similar al congregado ante la Embajada de EEUU en Jartum, la capital sudanesa, mientras que decenas de gazatíes protestaron y quemaron banderas estadounidenses ante la sede de la ONU en Gaza. GARA

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