DEBATE SOBRE EL ESTATUS DE CATALUNYA Y EUSKAL HERRIA
La ANC advierte a Mas de que la independencia es irrenunciable
El presidente del Govern recibe a la Assemblea Nacional Catalana, que le traslada que «ningún pacto fiscal» les disuadirá. El PP responde con amenazas veladas a las demandas catalanas
Beñat ZALDUA | BARCELONA
El president de la Generalitat, Artur Mas, siguió ayer su camino para ponerse al frente del escenario abierto en el Principat tras la histórica Diada del 11 de setiembre. Tal y como anunció la presidenta del Parlament, Núria de Gispert, el pasado martes, Mas recibió ayer a una delegación de la Assemblea Nacional Catalana (ANC), con el objetivo de valorar conjuntamente las consecuencias de la manifestación independentista que colapsó las calles de Barcelona.
Desde la ANC, su presidenta, Carme Forcadell, describió la reunión como «cordial y positiva», al tiempo que mostró su «satisfacción» por la reacción del Govern tras la manifestación. Forcadell, que dijo creer que «Mas está trabajando porque Catalunya sea el próximo Estado de Europa», felicitó al president «por estar a la altura de las circunstancias». Eso sí, avisó de que su «objetivo irrenunciable» es la independencia. «Ningún pacto fiscal nos disuadirá», insistió Forcadell.
Por ello mismo, instó al Govern a dar «pasos inequívocos» hacia la secesión, ya que el proceso «no puede alargarse mucho». Si lo hace, añadió, «tendrá nuestro apoyo incondicional». «Este proyecto se tiene que hacer de forma conjunta entre el Govern, los ayuntamientos y la sociedad civil», sentenció. Mientras tanto, destacó la importancia de «conseguir una mayoría social todavía más amplia» a favor de un Estado propio. Sobre el calendario para los próximos meses, desde la ANC ya han señalado que, ante la velocidad que están tomando los acontecimientos y el probable adelanto electoral, su hoja de ruta se verá modificada, no así sus objetivos. Sobre los comicios adelantados, Forcadell pidió que se conviertan en unas elecciones plebiscitarias, de manera que el Parlament que salga de ellas «lleve a este país a la independencia».
«Preguntas sin respuesta»
Desde el Govern, su portavoz, Francesc Homs, calificó la reunión de «constructiva», sin dar mucha más información. Una vez más, la fórmula de que «todavía hay muchas preguntas sin respuesta» le sirvió al Govern para esquivar las preguntas más concretas, aunque avanzó que el Ejecutivo «incorpora a sus planteamientos la hoja de ruta de la ANC», y que ya se está trabajando en ello, pero «en un marco de discreción necesario».
Declaraciones que apuntan al giro independentista de CiU del que tanto se habla en los últimos días. Sin embargo, dependiendo de la audiencia, el mensaje del Govern varía. En una entrevista en ABC Radio recogida por varios medios catalanes, Mas emplazó al PP y al PSOE a realizar «una reflexión para que Catalunya, dentro del Estado español, pueda tener su propia singularidad y su proyecto». Algo que no le impidió señalar que un pacto fiscal no le haría olvidarse de la independencia. Haciendo gala de la ambigüedad que sigue caracterizando su discurso, el president -que reconoció cierto nerviosismo en una parte del empresariado catalán- aseguró que una Catalunya independiente no tendría por qué ser una república, sin dar explicaciones sobre el resto de alternativas.
Preguntado por la razón por la que evita la palabra independencia, Mas contestó que no tiene ningún problema con la palabra, pero que, como hoy en día los países «son cada vez más interdependientes», prefiere el término «Estado propio».
Mas también habló sobre la relación con el líder de Unió y líder de CiU en el Congreso, Josep Antoni Duran i Lleida, quien lleva años declarándose contrario a la secesión. El president le quitó hierro al asunto, explicando que la comunicación es constante entre ambos durante los últimos días. Horas más tarde, Duran i Lleida ratificó las palabras de Mas, señalando que la cohesión social es «el único límite a la soberanía».
El PP amenaza
Pese a que el Gobierno español mantiene una respuesta de baja intensidad al clamor independentista expresado por los catalanes en la Diada, varias voces del PP empiezan ya a cargar la artillería contra las demandas catalanas. Una vez más, la vicepresidenta, Soraya Sáez de Santamaria, apeló a la «moderación» y al «perjuicio económico» para intentar enfriar los ánimos, aunque advirtió de que el Gobierno responderá desde la Constitución y las leyes a cualquier consulta e iniciativa independentista que surja en el Principat.
Pero la respuesta de la derecha española se empieza a dibujar con las declaraciones de los pesos pesados del PP. Ayer fue su secretaria general, María Dolores de Cospedal, quien tachó directamente de «irresponsable» a Mas por plantear estructuras de Estado para Catalunya. Sobre la propuesta de pacto fiscal, simplemente aseguró que le parece una «barbaridad». Resumiendo, que ni la una ni la otra. La también presidenta de Castilla-La Mancha criticó además que Mas abogue por la independencia al mismo tiempo en que pide el rescate al Estado. «No es el momento de amenazas ni chantajes», sentenció Cospedal.
Pero el nerviosismo más latente es el que corre por las filas de los populares catalanes. La secretaria general del PP en Catalunya, Alicia Sánchez-Camacho, acusó a Mas de «actuar al margen de la ley» y «romper unilateralmente la Constitución» al proponer una consulta. A su juicio, el Govern estaría «echando un pulso» al Gobierno español y, de paso, «rompiendo la cohesión social». Sánchez-Camacho aseguró también que el discurso independentista sirve a Mas para «tapar» su mala gestión económica, algo que tiene buena parte de verdad, igual que el hecho de que toda la gestión económica del Govern se ha llevado a cabo gracias al apoyo del PP. El Govern, por boca de Homs, se limitó a señalar que «la sensación es que España sigue sin querer escuchar ni analizar las cosas que pasan en su entorno, por lo que tiene todos los números para equivocarse en las decisiones que tomen».
La Assemblea Nacional de Catalunya pidió que los posiblese comicios adelantados se conviertan en un plebiscito para que el nuevo Parlament «lleve a este país a la independencia».
El lehendakari y candidato del PSE a la reelección, Patxi López, aseguró ayer que «la independencia no es la solución», ni tampoco le gusta el nuevo estatus que persigue el PNV, porque «lo que no necesita Euskadi es volver a políticas del pasado» que hacían que «todas las energías las destináramos a ese debate identitario, anclándonos, y no resolviendo los problemas».
Entrevistado en Radio Vitoria, manifestó que, «con la que está cayendo», lo que hace falta en la CAV es «un gobierno que ponga encima de la mesa las propuestas para resolver los grandes problemas» de los ciudadanos, relativos al empleo, la economía y el futuro del modelo económico y de bienestar.
En opinión de Patxi López, «los nuevos marcos políticos que suponen, con otras palabras, avances hacia la independencia no me parecen la solución, porque no creo en las soluciones del 'sálvese quien pueda'». López lamentó que «algunos van a jugar en campaña» con el asunto de la independencia, pero se dijo que se ha demostrado que, «con los instrumentos del autogobierno, se puede hacer frente a la crisis de otra manera». Según explicó, «lo fundamental es sumar y no dividir. No somos una isla, no salimos de ésta solos. Necesitamos proyectos del conjunto de Europa». GARA
Iñigo Urkullu sigue llenando de peros y otros condicionantes cualquier declaración en relación a la independencia. Ayer, volvió a dejar claro que su aspiración actual no pasa de un estatus de mayor autogobierno en un régimen de «bilateralidad» con el Estado.
Entrevistado en Radio Nacional de España, el presidente del EBB y candidato a lehendakari aclaró que la ponencia política aprobada en enero define al PNV «como partido nacionalista que busca le independencia» pero, de inmediato, aseguró que es «muy consciente» del siglo en el que vive,«de cuáles son los tiempos económicos, políticos, sociales» y los de «ordenamiento jurídico».
Iñigo Urkullu volvió sobre conceptos como que «la propia crisis económica está reflejando la pérdida de soberanía de los estados» dentro de la Unión Europea. En ese contexto, el PNV aspiraría a que «desde el hecho diferencial que supone tener una identidad propia, Euskadi tenga también una proyección exterior, internacional, en clave de bilateralidad en el resto del Estado español».
En la presentación de su programa electoral, Urkullu propuso al resto de fuerzas «un gran acuerdo» para la búsqueda de ese estatus de más autogobierno y bilateralidad, que reconozca «el respeto a la voluntad de la sociedad vasca».
El candidato del PNV criticó que se pretenda entender el término nacionalista o independentismo como «en contra de». Apuntó que «Hoy el concepto de la independencia, el fantasma que quieren despertar Patxi López y el PP es un fantasma mirando al pasado, en ese sentido de enfrentamiento. Yo aspiro a un ejercicio de cada vez más soberanía, más autogobierno».
También la izquierda abertzale abordó ayer la cuestión de la independencia, en este caso con una apuesta clara en su defensa y abogando por la adopción de medidas desde Euskal Herria. Marian Beitialarrangoitia y Maribi Ugarteburu destacaron que ante la cerrazón del Estado español, tanto al abordar las cuestiones relativas al conflicto como las demandas nacionales, «si el PP no quiere vías de solución, tendremos que impulsar el trabajo en común entre los que apostamos por la soluciones».
Desde la izquierda abertzale se asegura que «si quieren negarle el futuro a nuestro país mediante la imposición, tendremos que ser nosotras mismas las que nos hagamos con la soberanía política y económica plena. ¿Como? Profundizando en la vía hacia la soberanía, haciéndonos con los instrumentos necesarios, articulando mayorías sociales independentistas y desde el ámbito institucional, manifestando una voluntad política inequívoca para una declaración unilateral de independencia».
A su entender, «si el Estado español se mantiene en su cerrazón a la hora de abordar la resolución integral al conflicto político, consideramos que sería una irresponsabilidad total permanecer a la espera de ese cambio de actitud». GARA