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Raimundo Fitero

La tercera

 

Si se miran las estadísticas de los usos de los canales a la carta de las propias cadenas, y de algunas plataformas como YouTube u otras, se va entendiendo mucho mejor la variación de uso de la ciudadanía de los productos televisivos. De tal manera que existe otra guerra de audiencias en lo que llaman la tercera pantalla, y que es el ordenador, donde muchos eligen su programación, la combinan con varios canales, o se descargan series enteras que las visionan en una única sesión. Esta tendencia creciente según se deduce de los datos ofrecidos, está ejerciendo una presión muy significativa en lo que antes el programador, preocupado casi en exclusividad por las audiencias del horario estelar, consideraba sus productos generalistas con esta condición, y ahora se produce una repetición, un visionado de las emisiones en diferido que altera las relaciones con las mismas estadísticas y ello debería también influir en la relación con los anunciantes. Si usan de estas repeticiones, habrán comprobado que todas llevan ya diez o quince segundos de publicidad previa. Y de seguir así esta manera de relacionarse con el audiovisual casero, se producirán otras alteraciones ahora imprevisibles.

Hasta los propios aparatos van a cambiar, la incorporación de Internet en los receptores de televisión va a pasar de ser una opción casi de lujo, a un complemento ordinario, porque es muy cómodo ver esas repeticiones, por la web, pero tumbado en el sofá y con una pantalla grande. No obstante, todas estas costumbres y tendencias de uso de las ofertas actuales, no afectan, de momento, a los contenidos. No saben cómo analizar estos nuevos usos y costumbres y seguirán proporcionando las actuales programaciones anodinas, clónicas y de amplio espectro, muy conservadoras cuando parece que de manera ostensible se están pidiendo otras opciones, al menos para esa tercera pantalla. Y si las generalistas no atienden, serán canales pequeños, directamente emitiendo por Internet quienes irán copando las audiencias más exigentes y asilvestradas. Mientras tanto en la TDT hay una guerra entre facciones de la reacción española. Luchan por ser la cuarta o quinta columna mediática del Opus.