Catalunya: la independencia ya no será solo una aspiración popular, sino un mandato político firme
Tras la convocatoria electoral anunciada para el 25-N, el president Artur Mas fue más allá y fijó como siguiente paso que los partidos deben acordar las condiciones para una consulta sobre la autodeterminación. Si es legal, vía referéndum, mejor; si no, habrá que hacerlo igualmente. No parece que Mas vaya de farol; bien al contrario, es plenamente consciente de que tras la gigantesca movilización del Onze de Setembre ha dado comienzo una nueva era en Catalunya. Las próximas elecciones serán poco normales, todos los partidos concurrirán con una sensación de vértigo conscientes de lo histórico de la cita, de su carácter plebiscitario. Y el líder que emerja de ellas deberá dar la voz al pueblo de Catalunya sometiendo a referéndum la independencia como algo concreto y materializable, en un país tan plural, con condiciones objetivas y subjetivas tan maduras para ese ejercicio.
El camino hacia la independencia ya no será una simple aspiración popular, sino también un verdadero mandato político. Y las consecuencias de todo ello serán evidentes: el fin del Estado español tal y como lo conocemos será inevitable. Y las ventanas de nuevas oportunidades se abrirán de par en par para Euskal Herria.