Nadie sabe nada de poetas kurdos
«Fasle kargadan»
Mikel INSAUSTI
No me suele gustar meter en las críticas comentarios extracinematográficos, pero la sesión para prensa en el Kursaal de “Fasle kargadan” fue tan anómala que me obliga a hacer alguna que otra puntualización. Contraviniendo el fair play de la competición, Bahman Ghobadi dispuso de unos minutos de presentación antes de la proyección, lo que le otorga ventaja sobre el resto de participantes en la Sección Oficial.
Abusó de la confianza del Donostia Zinemaldia, justificando su intervención a causa de un problema técnico en la copia que íbamos a ver. Sin embargo, no se limitó a detallar las posibles deficiencias en la edición de sonido, sino que aprovechó la ocasión para hablar de su película y de su situación personal como cineasta. Un poco más, y nos hace ya a los allí presentes la crónica que debemos mandar a nuestras redacciones. Lo sorprendente del asunto es que durante la proyección, al menos yo, fui incapaz de apreciar los supuestos fallos anunciados. La calidad no desmerecía al lado de otras de las películas que se han pasado estos días.
Lo último que Ghobadi hizo en Irán fue “Nadie sabe nada de gatos persas”, y ya han pasado casi cuatro años, justo el tiempo que lleva en el exilio. “Fasle kargadan” se ha presentado como una producción turca, un homenaje desde el destierro al poeta kurdo Sadegh Kamangar, de quien se recitan versos a través de una voz en off. Paralelamente, se narra su tragedia de amor, sufrida por culpa de una venganza personal, puesto que la acusación de escribir literatura política por la que fue condenado a treinta años de prisión era tan falsa como la invención de su muerte, para así intentar enterrar su recuerdo.
Al salir en libertad, reaparece como un viejo fantasma en las vidas de quienes formaron parte de su pasado. De imagen espectral, pues el hombre apenas articula palabra, se sumerge en visiones simbólicas, principalmente con animales (no faltan las tortugas voladoras), de gran plasticidad. La fotografía tiene mucha fuerza en los primeros planos con rostros quemados monocromáticamente.
