La entrevista con el comandante en jefe del Estado Mayor Central de las FARC-EP, Rodrigo Londoño, Timoleón Jiménez, que hoy recoge GARA, ofrece claves importantes sobre cómo aborda la guerrilla colombiana el proceso de diálogo y negociación. Resulta llamativa su ambición y las grandes expectativas para alcanzar el fin del conflicto, la seguridad en el análisis y el convencimiento propio en el empeño de volver al escenario natural de la política, es decir, al diálogo civilizado. Las experiencias y enseñanzas de los procesos anteriores, frustrados pero no baldíos, la obstinación del presidente Santos en recrear una retórica guerrera de rendiciones, victorias o derrotas y el hecho de que las hostilidades militares no hayan cesado son elementos de peso, pero no determinantes. De hecho, Rodrigo Londoño hace hincapié en la que a su entender es la substancia del proceso en curso: atender las sensibilidades e inquietudes de la gran mayoría de la población colombiana, tantas veces ignorada y victimizada, hacer que la negociación tenga una conversación fluida y adulta con ella, que se mire constantemente en ese espejo, busque alentar y alimentar la reciprocidad.

El diálogo, la solución incruenta, el entendimiento político, exige abordar las causas y consecuencias del conflicto, pero también hacer del pueblo colombiano el primer destinatario y la última garantía para el éxito del mismo.