Desayuno con quincalla
«¡Atraco!»
Mikel INSAUSTI
La leyenda urbana que maneja esta película de época se prestaba a la escritura de un guión más ingenioso, pero en manos de Eduard Cortés y sus colaboradores el prometedor punto de partida se vuelve previsible por culpa de un desarrollo convencional que combina a partes iguales comedia y melodrama.
La pareja cómica que forman los argentinos Guillermo Francella y Nicolás Cabré sigue el patrón clásico de Oliver Hardy y Stan Laurel, toda vez que el veterano actor es el que pone caras serias ante los desastres cometidos por el novato. Esto limita el enorme potencial humorístico de Francella, quedando la mayoría de gags a cargo de su compañero de reparto, mucho menos dotado para la caricatura. Si bien es cierto que ambos han de renunciar a su argentinidad, al tener que hacerse pasar por uruguayos.
Como el grueso de la acción tiene lugar en el Madrid de la posguerra, el modelo clásico de comedia de robos que se sigue es el de «Atraco a las tres», aunque sin el estudio de la sicología costumbrista que otorga su valor al título de José María Forqué. No puede ser, habiendo por medio un entramado folletinesco, que en su resolución final cobra una dimensión casi trágica, en consonancia con las prácticas franquistas a la hora de reprimir cualquier posible debilidad dentro del sistema.
En el irregular apartado interpretativo destaca el trabajo del argentino Daniel Fanego, que hace las veces de hombre de confianza del general Perón. Es el único que no sufre los desequilibrios derivados de la falta de un tono narrativo.
Dirección: Eduard Cortés.
Guión: Eduard Cortés, Piti Español y Marcelo Figueras.
Intérpretes: Guillermo Francella, Nicolás Cabré, Daniel Fanego, Óscar Jaenada.
País: Estado español-Argentina, 2012.
Duración: 116 minutos.