Cuando apenas habían transcurrido 24 horas desde que el Gobierno español aprobara los Presupuestos Generales de 2013, que suponen un nuevo ajuste de 13.000 millones de euros, el Instituto Nacional de Estadística (INE) dio a conocer el indicador adelantado del IPC, que en setiembre se disparó en ocho décimas respecto a agosto, lo que lo sitúa en el 3,5% en tasa interanual, un nivel que no se registraba desde mayo de 2011.

El principal desencadenante de este alza es la subida del IVA, que entró en vigor el pasado 1 de setiembre y que, aunque al anunciar la medida afirmaran lo contrario, se ha dejado ver en la evolución de los precios.

En concreto, en setiembre la inflación se situó 1,5% puntos porcentuales por encima del dato de enero. A falta de que el indicador adelantado se confirme el próximo 11 de octubre, la mayoría de expertos coincidieron en el diagnóstico y relacionaron directamente la subida con el incremento impositivo.

En lo que va de año, con el de setiembre se encadenan tres meses al alza. En junio subió tres décimas, hasta el 2,2%, y en agosto cinco décimas, hasta el 2,7%. Se trata del mayor repunte registrado en los últimos cinco años, ya que para encontrar un incremento mayor a las ocho décimas de setiembre hay que remontarse hasta octubre de 2007, cuando la inflación se apuntó nueve décimas, lo que la disparó hasta el 3,6%.

Una reacción inevitable

El repunte de la inflación no cogió por sorpresa a analistas y sindicatos. Ya en el momento en el que el Ejecutivo del PP anunció la subida del IVA, muchos advirtieron de las graves consecuencias que ello tendría en los precios, y por consiguiente, en el bolsillo de los consumidores.

En este sentido, el portavoz de los Inspectores de Hacienda del Estado español, Francisco de la Torre, reconoció ayer que la repercusión «tan fuerte» de la subida del IVA en el IPC era algo inevitable.

Consideró «lógico» que el incremento de los tipos del IVA se traslade a los precios finales, a pesar de que en un principio se afirmaba que apenas se percibiría.

La analista de AFI Carmen López señaló que el alza del IPC estaba previsto y auguró que la inflación seguirá subiendo, porque probablemente todavía no se ha trasladado toda la subida del impuesto a los precios.

Pensiones y poder adquisitivo

Esta nueva subida de los precios se va a ver reflejada tanto en las pensiones como en el poder adquisitivo de los asalariados, ya de por sí mermados por la crisis económica.

De hecho, el alza del 1% en las pensiones anunciada el jueves por el Ejecutivo del PP queda prácticamente neutralizada tras la subida de la inflación. Cabe recordar que en su comparecencia pública, los representantes del Gobierno no aclararon si las pensiones se actualizarán de acuerdo con el IPC. En total, corregir esa desviación implicaría un sobrecoste de, al menos, 5.000 millones de euros para la Seguridad Social. La mitad para corregir la pérdida de poder adquisitivo este año y los otros 2.500 para consolidar la subida en la nómina de las pensiones a partir de enero.

Al respecto, el líder de IU, Cayo Lara, criticó que la inflación de setiembre «ya se ha comido la subida del 1% de las pensiones» y reiteró sus dudas respecto a que la subida del impuesto sobre el consumo sea un elemento para dinamizar la economía. Además, advirtió de que afecta al poder adquisitivo del conjunto de los trabajadores, de «las capas populares, porque el IVA es un impuesto que afecta a la mayoría, sin tener en cuenta la condición social».

El sindicato ELA también se refirió al repunte del IPC y recalcó que subir los salarios por debajo de este indicador supone perder poder adquisitivo. Denunció el «desigual reparto de la riqueza» y alertó que responde a una «estrategia» para «empobrecer a los trabajadores», por lo que reclamó un cambio radical de las políticas.

En definitiva, el alza de los precios unido a la caída del poder adquisitivo se convierte en una combinación que dificulta más la rutina de aquellos que dependen de un salario.