La dirección de Catelsa (Oiartzun), empresa dedicada a fabricar componentes para la industria de automoción, comunicó ayer a los representantes de los trabajadores su decisión de cesar la actividad de la planta y proceder de forma irrevocable al cierre del centro durante el cuarto trimestre de este año. La medida afectará a los 61 integrantes de la plantilla.

La dirección argumenta que «la continuada e irreversible pérdida de competitividad de la empresa, en un entorno de mercado altamente complicado por la situación general de la industria de automoción» han llevado al cierre de la planta.

No es el primer obstáculo con el que se tropieza la plantilla de Catelsa. En mayo de 2011 los trabajadores mantuvieron un periodo de protestas para denunciar la precariedad a la que estaban sometidos.

Así, el 2 de mayo de ese año la plantilla inició una huelga indefinida ante la falta de respuesta de la dirección a la petición de poner fin a la precarización.

Dos de sus trabajadores fueron más allá con la protesta y mantuvieron una huelga de hambre durante dos semanas.

En aquel momento, la plantilla denunciaba la política de contratos de «usar y tirar» a la que estaban sometidos. En concreto, afirmaban que un gran porcentaje de trabajadores llevaba hasta once y doce años encadenando contratos eventuales, por lo que reclamaron que se pusiera fin a los mismos.

Finalmente, el conflicto terminó con un acuerdo entre el sindicato LAB y la dirección para «estabilizar las condiciones laborales» del personal.

Un año después, la dirección presenta su decisión de cerrar la empresa, con lo que ambas partes se encuentran ante un periodo de consultas de cara a buscar una solución.