La experiencia de la Euroliga engancha, sin duda. La pasada campaña, Gescrap Bizkaia Bilbao Basket se quedaba a las puertas de la Final Four, poniendo en serios aprietos a todo un CSKA de Moscú y derrotando en el camino a equipos del nivel de Caja Laboral Baskonia, Montepaschi Siena o Olympiacos del Pireo, a la postre ganador del torneo continental.

Otro tanto se puede decir sobre jugar la final de la ACB. Después de disputar la final de la temporada 2010/11, los hombres de negro sueñan con volver a vivir la magia de aquellos días. Así, a pesar de que la situación económica no está para hacer dispendios y de que en el camino se han ido jugadores de la talla de D'Or Fischer, Aaron Jackson y el carisma de Janis Blums y, ante todo, Marko Banic, desde el club bilbaino han sabido moverse con eficiencia para rearmar su equipo y situarlo en una acechante segunda fila, a la espera de que los favoritos «de siempre» se descuiden.

En ese sentido, no es de extrañar que Fotis Katsikaris se congratulara por lo «bien que se ha movido el club» en materia de fichajes, ganando en solidez con la llegada de jugadores como Nikos Zisis, Lamont Hamilton o Milovan Rakovic. Asimismo, el técnico heleno felicitaba a los responsables de su club por lograr «refrescar» la plantilla con la llegada de jóvenes como Adrien Moerman -un importante fichaje, ya que es el único ala-pívot abierto del equipo- y Fran Pilepic, amén de la opción de tener a Darijo Saric a partir de la próxima temporada.

«Mirar hacia arriba»

En la primera rueda de prensa de la pretemporada, Fotis Katsikaris abría la puerta de estrenar sus vitrinas con algún título. En su segunda intervención, el preparador heleno bajaba un poco el pistón para conformarse con «seguir apuntando hacia arriba», pero sin meterse presión ya de antemano.

La cuestión es que la Eurocup parece un torneo muy goloso para los hombres de negro, una especie de «vía sencilla» para regresar a la Euroliga, y más cuando este torneo de nivel europeo ya no termina con una Final Four sino con eliminatorias directas. Tanto Katsikaris como la plantilla vizcaina aseguraba preferir este cambio en el formato de la Eurocup, si de esta manera consigue decidir las eliminatorias en Miribilla.

Todas esas teorías están muy bien, pero luego toca llevarlas a cabo sobre el parqué. Ya la pasada campaña Bilbao basket se quedaba sin jugar la Copa, e incluso perdía una oportunidad pintiparada para disputar los cuartos de final de los play offs con el factor cancha a su favor, fruto de una desesperante irregularidad, que les hacía jugar partidos horribles o rendir a buen nivel solo en momentos muy concretos.

La llegada de jugadores como Zisis vienen a traer una «mayor solidez» y continuidad al juego bilbaino, que ya en la parte final de la pretemporada el conjunto ha mostrado cierta compenetración, a pesar de las lesiones de Zisis, Hamilton o Hervelle. Por ejemplo, en la semifinal de la Euskal Kopa ante el Caja Laboral Baskonia, partido en el que los bilbainos, excepto en los últimos segundos, mostraron un dominio del tempo del partido bastante claro. Además, una de las características del plantel fue comprobar que muchos jugadores eran capaces de aportar en momentos puntuales.

Pero el camino a la solidez es largo y tortuoso. Así las cosas, jugadores puntales como Mumbrú se adivinan lejos de su mejor forma física, igual que Hervelle o Lamont Hamilton, aunque todos ellos han mostrado detalles interesantes en los duelos de preparación. Para empezar, los hombres de negro se estrenan en «La Roca» ante el Gran Canaria: un buen test para ver si esa solidez es real.