«El hipnotista» es la primera de la serie de ocho libros policíacos anunciados por Lars Kepler, nombre bajo el que se esconde el matrimonio sueco formado por Alexander Ahndoril y Alexandra Coelho, y que forman parte de la ola de escritores de novela negra nórdicos -suecos, principalmente-, que han revolucionado el género desde el boom de «Millenium». Lars Hallström, pese a su origen sueco, no parece a priori un cineasta al que pudiera interesar una historia de este estilo, a la vista de su filmografía -«Chocolat», «Las normas de la casa de la sidra»...-, más centrada en historias sensibles y relacionadas con los sentimientos. Instalado en Hollywood, con este título regresa a trabajar a su país natal veinticinco años después, con un cambio de registro: «De vez en cuando hago alguna película más comercial, de mayor presupuesto, pero otras puedo hacer obras de amor como esta o como la anterior que rodé, `La pesca del salmón en Yemen'». Además, agregó, «en EEUU no se me ofrecen thrillers. Se me ha acusado de ser demasiado blandengue en mis películas, me encanta hacerlas, pero quería alejarse de ese enfoque sentimental y ser más duro. El que fuera también un buen papel para Lena (Lena Olin, su esposa) también me atrajo».

La actriz se libera de personajes más sensuales (como «Havana») para meterse en la piel de la mujer del hipnotista y madre de su hijo, al que secuestran. La trama, tan tramposa como la propia novela, arranca cuando un policía se encuentra con el caso de una familia que ha sufrido un asesinato múltiple y cuyo único superviviente, un niño de 15 años, se encuentra en estado de shock. Llama a un hipnotista para que le ayude a conectar con el niño, pero alguien, que pronto se sabe quién -rompe con varias convenciones del género, entre ellas descubrir demasiado pronto al asesino-, secuestra a su hijo.

«En Estados Unidos las películas de suspense tienden a hablar en voz demasiado alta, y nosotros fuimos en otra dirección, algo más real y auténtico, que no sacrificara a los personajes para la acción», explicó el cineasta sueco, quien reconoció que no conoce excesivamente el boom del género negro en su país. De hecho, incluso apuntó que «quería probar algo diferente e incluso renovar el género negro, tenia muchas ambiciones con esta película».

Este thriller sueco cerraba ayer la parte competitiva de la Sección Oficial, aunque la última jornada de Zinemaldia esconde todavía algo muy especial: el estreno como director del actor Dustin Hoffman, cuyo «Quartet» se proyectará tras la gala de clausura de esta noche, en la que se conocerá el palmarés de este sesenta edición y se le entregará, además, al intérprete estadounidense el segundo premio Donostia Especial de este año.

Mientras, se van desvelando algunos galardones paralelos, como el Sebastiane, un clásico que concede Gehitu, la asociación de gays, lesbianas, transexuales y bisexuales de Euskal Herria., y que suele finalizar con una fiesta en Gazteszena titulada, en esta ocasión, «Maricas al borde de un ataque de nervios». El jurado destacó de la ganadora, «Joven & Alocada», de Marialy Rivas, «su capacidad para presentar los dos mundos que conviven en conflicto en la protagonista: el del conservadurismo religioso y el de sus hormonas `jóvenes y alocadas'». La película se proyectó en Horizontes Latinos y es chilena.

Más premios. El galardón Otro Mirada que concede TVE fue para la israelí «Shesh Peammin/ Six Acts», de Jonathan Gurfienkel, que se proyectó dentro de Nuevos Directores, una bajada al infierno de los abusos sexuales, narrados a través de la historia de adolescentes de clase media normales.

La mención especial del jurado de Otra Mirada fue para «The Attack», la excelente película sobre el conflicto Palestino del libanés Ziad Doueiri, que gustó tanto cuando se proyectó en la Sección Oficial.

Respecto a las películas que saldrán con financiación de Donostia, ya se conocen sus títulos. Gracias al premio de Cine en Construcción de la Industria varias productoras asumirán la posproducción de «Gloria», del chileno Sebastian Lelio, una historia de amor y soledad en la madurez, mientras que «Tanta agua» (Uruguay-México-Holanda), de Ana Guevara y Leticia Jorge, recibirá apoyo económico para su producción.