Mikel  INSAUSTI

Dos flamantes Premios Donostia se reparten el cometido interpretativo en «Si de verdad quieres», crónica agridulce sobre la crisis matrimonial de unos cónyuges entrados en años. Meryl Streep y Tommy Lee Jones están inmensos en su emparejamiento, que bien podría haber dado lugar a una función teatral. Combinan a la perfección el registro dramático con el de la comedia, y cuando se ponen serios el conflicto doméstico que representan recuerda a «Secretos de matrimonio» de Ingmar Bergman.

Quien piense, antes de ver la película, que Steve Carell es el encargado de poner la nota humorística, se equivoca. Por primera vez se muestra contenido, en el papel de alguien que sabe escuchar y solo habla en caso preciso. Como doctor encargado de impartir la terapia matrimonial, deja que el protagonismo lo asuman sus pacientes, que son los que tienen que sacar lo que llevan dentro y han callado a lo largo de los años de silenciosa y resignada convivencia.

El guión de Vanessa Taylor es muy bueno, acertando a describir el tipo de matrimonio tradicional imperante en la sociedad machista. La sumisión de la esposa a un marido aferrado al poder que le confiere el mando a distancia de la televisión se traduce en una sucesión de detalles cotidianos, los cuales empiezan desde primera hora de la mañana por la preparación del desayuno, que nunca varía y marca la rutina de unas existencias con sus roles establecidos: ella cocina y él mastica mecánicamente sin una sonrisa de agradecimiento, sin un gesto de ternura o complicidad.

La misión del realizador David Frankel consiste en hacer creer al público maduro que una relación consumida por el tiempo puede remontar, siempre y cuando el hombre y la mujer estén dispuestos a renovarse, a reencontrar la vitalidad amorosa que en el pasado fueron capaces de generar. Para ello crea situaciones con un poco de encanto, otro poco de magia, la imprescindible sensualidad y muchas canciones con su toque nostálgico. Dicen que donde hubo fuego siempre quedan rescoldos.