El Gran Premio de Japón, disputado en el circuito de Suzuka, era un punto de reunión importante para los aficionados nipones. Y la carrera no defraudó en absoluto para los seguidores de Kamui Kobayashi, el gran ídolo local, que se hizo con el tercer cajón del podio, el primero que logra en su corta carrera deportiva en la Fórmula Uno.

Al samurái de Sauber solo le pudieron superar el «shogun» -el jefe de los antiguos guerreros japoneses- Sebastian Vettel (Red Bull) y un sorprendente Felipe Massa (Ferrari). Gracias a su tercera victoria en lo que va de temporada, más el abandono del líder Fernando Alonso en la primera curva debido a un toque con Kimi Raikkonen, el germano se sitúa a solo cuatro puntos del asturiano a falta de cinco grandes premios.

Lo cierto es que a Vettel le salió un fin de semana redondo. Si el sábado logró la pole, ayer rubricó ese buen trabajo con una victoria comodísima, quizás la más fácil de las tres que ha conseguido esta campaña. Todo lo contrario puede decir su máximo rival por el título, Fernando Alonso. El piloto de Ferrari viajará a Corea tras un aciago gran premio y con un nombre en la cabeza: el de Kimi Raikkonen.

Y es que, si en la Q3 del sábado el asturiano se vio perjudicado por la salida de pista del finlandés cuando venía marcando un buen tiempo, ayer en la carrera fue el mismo piloto quien obligó a abandonar al líder del Mundial. Ocurrió en la misma salida. Ambos llegaron pegados a la primera curva, pero un mínimo toque entre los dos monoplazas provocó que el Ferrari de Alonso pinchase un neumático, lo que le hizo hacer un trompo.

No fue el único imprevisto. Nico Rosberg (Mercedes) también se vio obligado a abandonar, mientras que Mark Webber (Red Bull) se veía relegado a la última plaza por otro toque con Romain Grosjean -el francés fue sancionado con un stop and go-. El safety car tuvo que salir a pista para relanzar la prueba.

La emoción, en los talleres

El `nuevo' comienzo de carrera empezó a situar a cada uno en su lugar. Vettel comandaba, seguido de Kobayashi, Button y Massa. Fue en la vuelta 15 cuando los aspirantes al triunfo comenzaron a entrar en boxes para hacer sus cambios de neumáticos. El primero de ellos fue Kobayashi, quien se situó séptimo tras su maniobra.

Tres giros más tarde hicieron lo mismo Vettel y Massa, primero y segundo, quienes no perdieron posición alguna. El orden en ese momento era el siguiente: Vettel, Massa, Kobayashi, Button y Raikkonen. Más atrás se encontraba Lewis Hamilton (McLaren), quien tuvo a un incómodo Sergio Pérez (Sauber) pisándole los talones hasta que el mexicano se equivocó al intentar adelantarlo y tuvo que abandonar tras un trompo.

La emoción que faltaba dentro de la pista se trasladó a la zona de talleres con la llegada de la segunda parada. Corría la vuelta 31 y era Raikkonen el primero en llevar a cabo su estrategia. El finés se reincorporaba en octava posición antes de que Kobayashi parase con sus mecánicos y volviese quinto.

En esa misma vuelta paró Hamilton, quien nada más regresar a pista realizó un gran adelantamiento a Raikkonen para situarse séptimo. Más adelante, Vettel conducía sin problemas hacia la victoria, mientras que Massa podría jugarse el segundo puesto con el japonés.

Pero no fue así. Los mecánicos del brasileño realizaron una rápida maniobra para devolver a su piloto a pista y que cruzase la línea de meta en segunda posición, por detrás de Vettel y por delante de Kobayashi, que incluso se tuvo que defender de Button. De ahí que gran parte de los aficionados gritaran al unísono «¡Kamui, Kamui!» instantes antes de que su ídolo subiera al podio para ocupar la merecida tercera posición en Suzuka.