Con Zuloak en activo, el documental toma vida propia sobre el escenario
De jueves a domingo han estado rulando Zuloak y Fermin Muguruza. De una parte, tres chicas emulando el movimiento riot grrrl y, de otra, un Muguruza muy en forma.
Pablo CABEZA |
Bilbo, Gasteiz, Iruñea y Andoain han sido las plazas que Zuloak y Fermin Muguruza han recorrido desde el pasado jueves hasta el domingo. Trajín que ha dejado un trazó repleto de intensidad, sudor y actitud.
En la actuación de Kafe Antzokia (Bilbo), Zuloak demostró que sus dotes de interpretación van más allá del documental. Cabía imaginar que así fuese, pero al ser una situación inhabitual se acude al concierto sin la percepción de que un grupo puede tomar un roll (común en la historia del rock), una caracterización. En la cuenta se cae cuando el grupo acompaña a Fermin Muguruza. Es entonces cuando ves a tres chicas con otra postura. A Tania de Souza se le descubre una voz marcada por el ritmo y blues, un punto soul. A su vez, Naiara Goikoetxea, guitarra, se muestra más recogida. Tampoco extraña que las cosas sean así, ya que los músicos deben acoplarse al estilo de Fermin Muguruza, muy diferente del de Zuloak.
Zuloak han interiorizado al extremo la actitud riot grrrl, por lo que su actuación es una enorme sacudida a los sentidos. No hay respiro, rockanrol físico, desgarrado y brutal. Salvo el caso de Las Culebras, Euskal Herria no ha contado con una banda ni tan enérgica ni tan resolutiva, sea ficción o adopción.
Tras los cuarenta y cinco minutos de tralla femenina, y la salida a escena de DZ y sus platos, aparece en escena Fermin Muguruza acompañado de Zuloak, más Xabi Solano, el propio DZ y Koldo, de Surfin Kaos. Hora y cuarto frenética, de repaso de carera y donde a ritmo reggae-dub Muguruza demuestra encontrarse en un estado de forma deslumbrante.