CHARLA DE BIELSA A SUS JUGADORES
«Muchachos, han decepcionado a un pueblo excepcional»
El diario «Deia» publicó ayer el resto de la charla que Marcelo Bielsa dio a sus jugadores el día posterior a perder la final de Copa. Son los ochos minutos anteriores a los dos que ya se filtraron hace una semana. Esta es la transcripción íntegra de las palabras del técnico argentino.
En los próximos días el club y yo decidiremos si yo voy a seguir trabajando la próxima temporada acá en el Athletic. Las vacaciones tienen que comenzar y no sé si los volveré a ver. En el caso de que continúe, me conectaría con ustedes para programar todo lo que tenga que ver con fechas. O tal vez no lo pueda hacer si el club y yo decidimos que no sea el próximo entrenador. Quería saludarlos. A lo mejor es solamente un saludo de despedida para la próxima pretemporada o a lo mejor ya no los volveré a ver.
Comentarles brevemente que fue una temporada que terminó muy mal, realmente, terminó muy mal. No podemos ignorar cómo terminó. Sería un engaño valorar el desarrollo porque el cierre fue muy malo. Sinceramente, fue muy malo. Me hago absolutamente responsable de cómo cerramos y les digo claramente: nosotros jugamos un gran partido contra (el Sporting de) Portugal y de ahí en adelante todo fue negativo.
El partido de ayer lo confirma, desde mi óptica, porque los jugadores emblema de mi forma de pensar, de mi forma de sentir el fútbol, De Marcos, Amorebieta, Susaeta, Muniain, que es un tipo con el que yo sintonizo emotivamente en la misma onda, no estuvieron a la altura del partido. En un grupo de 20 jugadores, hay jugadores que se parecen a lo que vos quieres, y hay jugadores que se diferencian a lo que vos quieres. Pero todos son útiles y entre todos hicimos esfuerzos enormes por conseguir las cosas muy importantes que conseguimos. Pero, muchachos, no estuvimos a la altura de la ilusión que generamos. Es una cicatriz, una herida. Yo ayer escuché en el colectivo conversaciones, risas.
Me parece inadmisible, muchachos, movilizar un pueblo, decepcionar a un pueblo, no estar a la altura de la ilusiones que generaron porque yo estoy verdaderamente avergonzado de haber decepcionado a la afición del Athletic de Bilbao. Porque no pierdan de vista, muchachos, que la decepcionamos. Es verdaderamente un fracaso y es una temporada negativa. Porque vos si juegas dos finales, las puedes perder, no ya 3-0, sino 5-0. Las puedes perder, no hay ningún problema. ¡Pero perder las dos finales como las perdimos, muchachos! Sinceramente, no sé cómo lo ven ustedes. Si lo del Atlético de Madrid, fue malo, lo de ayer fue muchísimo peor.
Y yo, les digo que soy responsable, porque nosotros jugamos el partido contra el Barcelona sabiendo a qué Barcelona íbamos a enfrentar, sabiendo qué tipo de juego teníamos que neutralizar. No nos sorprendió absolutamente nada. Todo lo que creímos que iba a pasar y nos preparamos para neutralizar, es lo que pasó. ¿Entonces, cómo no me voy a sentir responsable? ¿Y cómo no me voy a sentir responsable si los tipos que representan más genuinamente mi idea son los que menos implicación tienen en la orientación y en el tránsito del equipo?
No sé si me entienden lo que les quiero decir. Vos podrás sacarte la responsabilidad diciendo: no, porque este; no, porque aquel; no, porque el otro; no, porque no hicieron caso; no, porque no nos preparamos. No, muchachos, nada de eso. Entrenaron diez días como animales, obedecieron y se sometieron y se aplicaron a todo lo que yo les pedí, a todo lo que yo les propuse, a todo lo que yo aspiraba que hiciéramos para que las diferencias no fueran las que fueron.
Entonces, tengan bien claro muchachos, pero ténganlo bien claro y no lo tomen como un dibujo, que el responsable soy yo y así lo siento. Lo siento de ese modo, pero ustedes no ignoren que no se puede decepcionar a un pueblo, a parte un pueblo tan ingenuo, tan ingenuo, que va perdiendo tres a cero con una herida abierta y ustedes hacen una jugada mínimamente positiva y se les aplaude al minuto ochenta.
Es un pueblo tan extraordinario, muchachos, tan extraordinario, tan extraordinario... y ustedes son un desprendimiento de ese pueblo. Ustedes son ese pueblo. Ustedes son la misma clase de gente de la que estamos hablando. Gente extraordinaria pero, lamentablemente, muchachos, no estuvimos a la altura. Yo estoy avergonzado, avergonzado porque haber jugado el partido que jugamos contra el Sporting de Lisboa... Y de ahí adelante, cuando todos los objetivos estaban logrados, donde había que demostrar grandeza, fuerza, personalidad, la confianza en uno mismo... Reforzar todo lo que habíamos hecho, hicimos todo lo contrario.
Les insisto. Cuando yo les digo que me siento responsable, yo no me sentiría responsable si hubiera manejado un grupo que no obedeció, que no sintió, que no se dejó convencer, que abrió grietas internas, pero esto fue todo lo contrario. Los que no jugaron, muchachos, a los Zubiaurre, a los Koikili, a los Aitor Ocio, tipos que podrían haber hinchado los huevos. Todo el mundo encolumnado detrás del proyecto que yo estaba proponiendo. Yo no tengo que reclamarle nada a nadie pero, por el bien de ustedes, por el futuro de ustedes, tengo la obligación de decirles eso: han decepcionado a un pueblo que no lo merecía y no hacía falta salir campeón para no decepcionar. Ténganlo claro. Hacía falta, como les dije ayer: «En vez de tener miedo a perder, jugar para ganar». No jugamos para ganar, no jugamos para ganar ayer y no jugamos para ganar con el Atlético. Porque para jugar, para ganar, muchachos, hay que hacer lo que uno planeó que había que hacer, creyendo que eso te iba a permitir el triunfo. Y nosotros no hicimos eso.
Ya todo es pasado, ya no hay partidos para ver, ni cosas para analizar, ni cabezas que ordenar, ni mensajes que dar. Ya la oportunidad la dejamos pasar. Y aparte también tengan conciencia de que son muy jóvenes, son muy jóvenes, son millonarios prematuros, no tienen problemas, no les importa mayormente lo que va a pasar, porque todo el mundo tiene resuelto lo que va a pasar. Se permiten reírse...».