La votación en el Congreso español de la propuesta de ERC para que el Gobierno español transfiriera a la Generalitat la facultad de celebrar consultas ocupó primeras páginas en la prensa allende el Ebro.

«El Mundo» titulaba en primera página «El 86% del Congreso advierte: `No hay una soberanía catalana'». En realidad advierte «el Mundo», y lo hace con la contundencia que le da tan elevado porcentaje de votos contrarios a que Catalunya pueda convocar refrendos, como si ese porcentaje fuera de catalanas y catalanes. En un punto editorial, decía que el resultado de la votación en el Congreso español «era lo lógico, porque sus señorías no se han desviado un ápice de la Constitución, que consagra que la soberanía reside en el pueblo español y deja en manos del Rey, a propuesta del Gobierno de la nación, la convocatoria de esas consultas». Muy democráticoque los catalanes tengan que tener con los españoles la relación que estos últimos decidan, así como que esté «en manos del Rey» la posibilidadde convocar consultas en Catalunya, a propuesta del Gobierno. Español, claro está. Sin embargo, le parecía «triste que los diputados tengan que votar, precisamente, para reafirmar lo que es obvio y no debería tener contestación». Claro que sí, no hay que andarse con tantas contemplaciones con el independentismo. Si les parece bien España y su Constitución, bien, y si no... peor para ellas y ellos.

En el mismo diario, Federico Jiménez Losantos se refería al partido de fútbol del pasado domingo entre el FC Barcelona y el Real Madrid en su habitual columna, que titulaba «¿Quién paga el separatismo?». Comenzaba lamentando que sólo «El Mundo» dedicó el pasado lunes su portada al «enorme espectáculo separatista del Camp Nou», y comparaba los gritos de independencia y la sincronización de las decenas de miles de personas que participaron con «una técnica sólo al alcance de dictaduras muy cuajadas, con absoluto dominio de las masas». Ya, pero si el clamor hubiera sido para reivindicar a España, le habría parecido ejemplar. Después aseguraba que el Camp Nou «lo llena la Liga Española de Fútbol y el separatismo de Mas lo pagamos todos los españoles». Qué chollo. ¿Por qué querrán separarse entonces?